El Papa Francisco pidió “tender la mano al que ya no puede más” durante la Misa del Domingo de Ramos

El Papa Francisco pidió “tender la mano al que ya no puede más” durante la Misa del Domingo de Ramos

El Pontífice, ausente por motivos de salud, envió un mensaje claro para el inicio de la Semana Santa: ser cireneos de los demás y cargar la cruz del prójimo.

La Semana Santa comenzó este domingo en el Vaticano con un llamado profundo del Papa Francisco a la compasión y la solidaridad. Durante la Misa del Domingo de Ramos, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa —ausente por motivos de salud— hizo llegar su homilía a través del cardenal Leonardo Sandri, quien presidió la Eucaristía y leyó el mensaje del Pontífice ante miles de fieles congregados.

“La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más”, expresó el Papa en su mensaje, subrayando el eje central de su reflexión: llevar la cruz del otro, más allá de nuestras propias dificultades.

Simón de Cirene, el modelo silencioso de ayuda

Francisco articuló su homilía en tres momentos clave. En primer lugar, destacó la figura de Simón de Cirene, aquel hombre que fue obligado a ayudar a Jesús a cargar la cruz camino al Calvario. “Simón de Galilea —Pedro— dice, pero no hace. Simón de Cirene hace, pero no dice”, explicó el Papa, marcando la diferencia entre el discurso vacío y el acto concreto de ayuda.

El Pontífice subrayó que, aunque Simón no pronuncia palabra alguna, su gesto lo une profundamente con Cristo. Entre ambos, explicó, “no hay diálogo, solo está el madero de la cruz”. Para el Papa, este ejemplo silencioso es un llamado a actuar desde el corazón, incluso cuando las circunstancias no son elegidas, sino impuestas.

La cruz como lugar de encuentro

En segundo lugar, el mensaje papal abordó el sentido de la cruz como lugar de encuentro con Dios. “El Cireneo es forzado a llevar la cruz; no ayuda a Jesús por convicción, sino por obligación”, recordó Francisco. Sin embargo, este acto externo se convierte en una experiencia interior, de unión con el sufrimiento de Cristo. “La cruz de Jesús se convierte en la cruz de Simón”, señaló, invitando a los creyentes a reconocer a Dios en medio del dolor, tanto propio como ajeno.

Una llamada a la compasión activa

Finalmente, el Papa Francisco dejó un mensaje claro: convertirse en cireneos de los demás. “Sigamos ahora los pasos de Simón, porque nos enseña que Jesús sale al encuentro de todos, en cualquier situación”, expresó. La verdadera vivencia de la Semana Santa, según el Papa, consiste en levantar al caído, consolar al que sufre y estar presentes para quienes han perdido las fuerzas.

El llamado a “tender la mano al que ya no puede más” llega en un contexto mundial de dolor, conflictos e incertidumbre. Francisco propone enfrentar este tiempo no solo desde la introspección personal, sino desde una solidaridad concreta, silenciosa y comprometida.

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