Menem volvió a salvar a Milei de la comisión de Libra ante un peronismo rendido en un cuarto intermedio

Menem volvió a salvar a Milei de la comisión de Libra ante un peronismo rendido en un cuarto intermedio
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El riojano trabó la discusión durante más de dos horas y la oposición temía quedarse sin quórum para discutir el aumento jubilatorio.

El peronista Germán Martínez tuvo que asumir, minutos después de las 15, que los presidentes de los bloques habían arribado «a un primer acuerdo» para «dejar stand by la moción de interpretación que hizo (Oscar) Agost Carreño», después de casi tres horas de discusión y un cuarto intermedio. La jugada del secretario parlamentario de la bancada de Miguel Pichetto consistía en votar una interpretación de reglamento para discutir la presidencia de la comisión investigadora del criptogate, trabada por el oficialismo y sus aliados.

El debate se había vuelto prácticamente inconducente porque Martín Menem, los libertarios y los macristas trataban de cubrir las espaldas de Javier Milei, su hermana Karina y otros funcionarios del elenco gubernamental atormentados por el caso Libra. Por eso, la diputada Silvana Giudici pidió un cuarto intermedio que el riojano aceptó sin dudar, cuando la sesión ya llevaba dos horas de iniciada.

En ese ámbito, los jefes de los bloques habrían acordado empezar a debatir el temario previsto para este miércoles y postergar para después de los expedientes dedicados a los haberes previsionales la moción sobre la comisión. Para la oposición, esa concesión implicaba la asunción de otra derrota: «cuando llegue ese momento, no vamos a tener quórum», dijeron con resignación a LPO desde el pichettismo.

Uno de los que participó del cónclave en el cuarto intermedio estaba enfurecido con UP. «Después de mucha alharaca del kirchnerismo, se aceptó una fórmula vergonzosa», sostuvo.

Entre los radicales que integran el grupo de Facundo Manes no tenían mayores explicaciones. «Menem nos paseó durante dos horas, fue un desastre, hay que votar», repetían al tiempo que reconocían, en base a la doctrina de Pichetto, que se corría el riesgo de que la sesión se quedase sin quórum para tratar el aumento a los jubilados.

Menem volvió a salvar a Milei de la comisión de Libra ante un peronismo rendido en un cuarto intermedio

Martínez explicó en recinto que «el objetivo» era «votar un acuerdo que permita convocar a la comisión investigadora la semana que viene para no solamente tratar de destrabar la cuestión de las autoridades sino también empezar a tener un plan de trabajo». Una quimera.

Durante más de 120 minutos, el oficialismo y sus aliados resistieron la moción de Oscar Agost Carreño para votar por la interpretación del artículo 106 del reglamento de la Cámara. La intención del legislador era abrir la discusión para la definición de la presidencia de la comisión investigadora de la estafa Libra, trabada por el artilugio del empate que diseñaron el riojano y Cristian Ritondo una vez que se aprobó la resolución de creación del cuerpo.

Menem nos paseó durante dos horas, fue un desastre

Con 28 miembros en total, en la reunión constitutiva no pudieron votarse las autoridades de la comisión porque todos los candidatos, los propuestos por los opositores y los de la Casa Rosada terminaban empardados en 14 votos.

Por eso, Agost Carreño recurrió al pedido de interpretación del reglamento en los términos del artículo 228, que establece que «si ocurriese alguna duda sobre la inteligencia de alguno de los artículos de este reglamento, deberá resolverse inmediatamente por una votación de la Cámara, previa la discusión correspondiente».

Agost Carreño con Mónica Fein

Menem trató de obturar la moción desde el principio. Argumentó que «en primer término, la comisión fue creada por un proyecto de resolución, que fue aprobado por el pleno, y en la que se dispuso el objeto, el plazo, las facultades y la elección de autoridades», y agregó: «se constituyó pero la elección de sus autoridades resultó empatada, cualquier cuestión que se quiera modificar, ya sea de plazos o modalidad de la elección, requiere de otro proyecto de resolución porque no se trata de una duda reglamentaria».

La objeción del titular de la Cámara baja servía para exigirle a la oposición que, como no tenía otro proyecto de resolución presentado que contara con dictamen, pidiera el apartamiento del reglamento, juntando el apoyo de las tres cuartas partes del pleno, y luego aprobara la moción con dos tercios. La empresa era imposible.

El radical Fernando Carbajal cruzó a Menem por opinar sobre la discusión y ese punto terminó consumiendo una hora y media de intercambios álgidos. Según el artículo 40, citó el formoseño, «el presidente no podrá dar opinión desde su asiento sobre el asunto en discusión».

El karinista Nicolás Mayoraz le contestó con la lectura del 39 y justificó al riojano diciendo que lo que hizo fue «explicarles a los pillos de siempre cómo aplicar el reglamento».

La discusión tuvo sus habituales ristras de groserías, sobre todo cuando el libertario Álvaro Martínez sobreactuó la defensa de Menem y pidió a sus adversarios que no los traten de «boludos» o cuando su colega Lisandro Almirón, famoso por agarrarse a empellones y manotazos con Oscar Zago, llamó «Agost Carroña» al promotor de la moción.

El peronista Martínez, por su parte, recordó que Giudici mocionó en 2010 una interpretación que contó con la argumentación de la ex diputada Elisa Carrió, quien dijo que «esta cámara no puede ser trabada por la decisión de un determinado diputado, vamos a votar y votaremos la interpretación por mayoría simple, finalmente se van a emplazar las comisiones y van a funcionar». El jefe del bloque peronista citó incluso el fragmento de la fundadora de la Coalición Cívica en que le advirtió al por entonces titular del cuerpo, Eduardo Fellner, que le quitarían ese rol si no arbitraba para que la cámara funcione.

Luego, las massitas Sabrina Selva y Cecilia Moreau amenazarían a Menem con no revalidarlo al frente de la Cámara en diciembre, por los recurrentes abusos en el manejo de las sesiones. Esas intervenciones sirvieron para que Ritondo, más tarde, acusara al bloque peronista de buscar «un golpe parlamentrio»: «le quieren sacar las facultades, las funciones, le quieren sacar la palabra».

Para el líder del PRO, Menem debía «mandar la moción» a la comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos, presidida por la alicaída Silvia Lospennato. «Y si no, no hagamos más Labor Parlamentaria», se quejó Ritondo apuntando que la oposición no respetaba lo que en ese ámbito se acordaba.

Acorralado, Menem hasta le cortó el micrófono a Martínez, cuando el santafecino insistía con que había que resolver las diferencias por «el 228». «Su autoritarismo avanza, Presidente, hasta me cortó el teléfono (SIC). Usted puede poner a votar esto. Si es negativo, ustedes ganaron. Si es positivo, volvemos a votar la moción del diputado Agost Carreño», explicó por enésima vez.

El riojano le planteó entonces a Agost Carreño que dijera «cuál es la duda» y «que sea taxativo», jugando la última carta de provocación. «No hay antecedentes de un empate en las comisiones», soltó entre sus planteos el cordobés antes que Menem, aparentemente desarmado, tomara en consideración el pedido de un cuarto intermedio que postuló Giudici. Detrás del recinto, perdió la oposición.

Fuente: lapoliticaonline.com

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