Con un alcance máximo de unos 1.000 kilómetros, los misiles de crucero Zircon pertenecen a una familia de nuevas armas desarrolladas por Rusia que Putin califica de «invencibles» y que se aprobaron por etapas desde octubre de 2020.
La flota rusa se equiparará de un nuevo misil de crucero hipersónico Zircon «en los próximos meses», anunció este domingo el presidente ruso, Vladimir Putin, en plena ofensiva en Ucrania, al participar de un desfile naval en San Petersburgo, tras firmar un decreto en que establece que el principal desafío de la doctrina naval rusa son las pretensiones de dominio de Estados Unidos en el océano mundial.
La flota rusa «es capaz de infligir una respuesta fulminante a todos aquellos que decidan atentar contra nuestra soberanía y libertad», para lo cual el equipamiento militar «se mejora constantemente», aseguró Putin durante un desfile naval.
El mandatario citó entre otros los «misiles hipersónicos ultramodernos Zircon que no tienen ningún obstáculo» y precisó que «su entrega a las fuerzas armadas rusas empezará en los próximos meses», reportó la agencia de noticias AFP.
Con un alcance máximo de unos 1.000 kilómetros, los misiles de crucero Zircon pertenecen a una familia de nuevas armas desarrolladas por Rusia que Putin califica de «invencibles» y que se aprobaron por etapas desde octubre de 2020.
Según Putin, la fragata Amiral Gorchkov será el primer equipamiento militar ruso que tendrá estos misiles. Añadió que la zona de despliegue del buque se elegiría en función de «los intereses de seguridad de Rusia».
«La Patria es una noción sagrada para todos nosotros, y defenderla es un deber y el sentido de la vida para cada uno de nosotros», añadió el líder del Kremlin.
El desfile naval en San Petersburgo en el que el mandatario ruso hizo estos anuncios reunió en la antigua capital imperial a más de 40 buques y submarinos y unos 3.500 militares con motivo del Día de la Flota Rusa, ampliamente celebrado en todo el país.
En Sebastopol, en la Crimea anexionada por Rusia, los festejos se cancelaron después de que un ataque con drones contra el cuartel general de la flota rusa del mar Negro dejara seis heridos.
Las autoridades locales acusaron a «los nacionalistas ucranianos» de haber llevado a cabo el ataque, pero Ucrania lo desmintió, señaló la agencia francesa.
Previo a encabezar este desfile, Putin aprobó por decreto la nueva Doctrina Naval de Rusia y la versión actualizada del Reglamento Naval, durante un acto en el Museo de la Historia de San Petersburgo, dentro de la Fortaleza de Pedro y Pablo.
En esa nueva doctrina se señala que las pretensiones de dominio de Estados Unidos en el océano mundial son el principal desafío para Rusia, reportó la agencia de noticias Sputnik.
El documento enumera diez «principales desafíos y amenazas a la seguridad nacional y el desarrollo sostenible» de Rusia en el ámbito marítimo.
El número uno es «el rumbo estratégico de Estados Unidos al dominio en el océano mundial y su influencia global sobre la evolución de procesos internacionales, particularmente, aquellos que están relacionados con el uso de las vías de transporte y los recursos energéticos del océano».
La doctrina también señala Washington y sus aliados «por limitar el acceso de la Federación de Rusia a los recursos del océano mundial y las vías de transporte de importancia vital».
Entre otros desafíos, la doctrina naval menciona las reclamaciones territoriales sobre territorios costeros e insulares por parte de otros Estados; la expansión de la Alianza Atlántica hacia las fronteras rusas y el creciente número de ejercicios navales que lleva a cabo en aguas próximas a Rusia; así como el deseo de Estados Unidos de asegurarse la superioridad abrumadora de sus fuerzas navales, junto con el incremento de las capacidades de combate navales de otras naciones.
También representan una amenaza para Moscú los conflictos armados en zonas que son importantes desde el punto de vista geopolítico o en países que tienen acceso al océano mundial; las presiones económicas, políticas, militares y de otra índole que podrían mermar la efectividad de las operaciones navales de Rusia; los esfuerzos que buscan debilitar el control de Rusia sobre la ruta marítima del Norte y ampliar la presencia naval de otros Estados en el Ártico; los intentos de cambiar en beneficio propio las normas que regulan la navegación internacional; la escalada del terrorismo internacional, piratería marítima y transporte ilegal por mar de armas, estupefacientes, psicotrópicos y sus precursores, sustancias químicas y radiactivas.