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Alejandro Álvarez se volvió viral tras reconocer que sus denuncias sobre supuestos desvíos de fondos y salarios millonarios no tenían respaldo en la evidencia.
El secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, protagonizó un episodio que generó revuelo en redes sociales luego de admitir que sus denuncias sobre supuestas irregularidades en la universidad pública carecían de sustento.
Desde hace tiempo, el gobierno había señalado que existían “curros” en las casas de estudio y defendía la necesidad de auditar las instituciones. Incluso, Álvarez había denunciado que rectores y docentes cobraban sueldos millonarios, llegando a cifras que él mismo afirmó que rondaban los 35 millones de pesos.
Sin embargo, al ser consultado sobre los casos concretos que había detectado, su respuesta fue categórica: “No, nunca, curro, curro… no”. La confesión dejó en evidencia la contradicción entre el discurso oficial y la realidad, y expuso cómo las acusaciones públicas pueden volverse un arma política mientras los docentes y la universidad pública quedan en el centro de la polémica.
El episodio también abrió el debate sobre el uso de la información y las denuncias en el ámbito educativo, destacando la necesidad de pruebas y transparencia antes de realizar afirmaciones de alto impacto mediático.