La planta de Santa Isabel informó la salida de empleados en medio de una reestructuración productiva, mientras los operarios denuncian que los despidos se ejecutaron de manera encubierta.
La industria automotriz argentina atraviesa una severa crisis ante la creciente entrada de vehículos importados a precios más bajos, lo que ha afectado la demanda local y generado impacto en plantas nacionales, como la de Renault en Córdoba, que este jueves confirmó la salida de 300 trabajadores.
Según denunciaron los empleados, desde hace casi una semana comenzaron a recibir notificaciones de que no continuarían en la empresa, señalando que la firma ofreció acuerdos económicos como alternativa a los despidos formales, de manera que no figuren como cesantías. La compañía, sin embargo, aseguró que los trabajadores se fueron bajo la modalidad de retiro voluntario, vinculada al final de la producción de los modelos Nissan Frontier y Renault Alaskan, y a un reordenamiento de la planta que concentrará la producción en un modelo de utilitario pequeño para 2026.
Los operarios cuestionaron estas explicaciones y sostuvieron que los despidos afectaron distintos sectores de la planta, no necesariamente vinculados a los proyectos dados de baja, apuntando a una renovación de personal que reemplaza empleados de larga trayectoria por contratados.
La medida generó un fuerte malestar en la planta y vuelve a poner el foco en la situación crítica de la industria automotriz nacional, que enfrenta presión de importaciones y cambios en la producción local.
