La Policía Metropolitana de Londres investiga si el hijo de la reina Isabel II ordenó a un guardia real obtener información privada de Virginia Giuffre, su denunciante.
El príncipe Andrés Mountbatten-Windsor, hijo de la reina Isabel II y hermano del rey Carlos III, vuelve a quedar en el centro del escándalo. La Policía Metropolitana de Londres abrió una investigación por presunto abuso de poder, tras revelarse que habría ordenado a un oficial de seguridad real obtener información privada de Virginia Giuffre, la mujer que lo denunció por abuso sexual en el marco del caso Epstein y que se suicidó a comienzos de este año.
Según fuentes judiciales, el pedido habría incluido datos personales como la fecha de nacimiento y el número de seguridad social de Giuffre. El hecho se habría producido cuando la denuncia del caso ya estaba en curso, lo que podría agravar la situación judicial del príncipe.
La revelación provocó una fuerte reacción dentro de la familia real británica. El rey Carlos III confirmó la decisión de retirarle los últimos honores y títulos protocolares, medida impulsada también por el príncipe William y la reina Camilla, en línea con el plan del heredero de reducir la monarquía a un modelo más austero y transparente.
En el plano político, el escándalo podría llegar al Parlamento británico, donde se analiza un proyecto para despojar formalmente al príncipe de su ducado de York. Los partidos independentistas escocés y galés ya expresaron su apoyo a la iniciativa.
Mientras tanto, el Palacio de Buckingham actualizó su sitio oficial eliminando las referencias a “Su Alteza Real” y “Duque de York”. Actualmente, Andrés vive recluido en el Royal Lodge de Windsor, junto a su exesposa Sarah Ferguson, quien atraviesa un tratamiento contra el cáncer.
Con esta nueva investigación, la figura del príncipe Andrés vuelve a sacudir los cimientos de la monarquía británica, ya golpeada por los ecos del caso Epstein y las tensiones internas en la familia real.
