Investigación por «Safaris Humanos» en Sarajevo: Denuncian que italianos pagaban por disparar a personas

Investigación por «Safaris Humanos» en Sarajevo: Denuncian que italianos pagaban por disparar a personas

La Fiscalía de Milán ha iniciado una investigación para profundizar en la denuncia sobre la existencia de supuestos «safaris humanos» durante la guerra de Bosnia en la década de los noventa. Se sospecha que ciudadanos italianos pagaban para viajar a Sarajevo y, actuando como francotiradores de fin de semana, disparar a personas desde las colinas controladas por las milicias serbobosnias.

La denuncia fue presentada en Italia por un escritor y dos abogados de prestigio. El abogado Nicola Brigida afirmó que han presentado una documentación con «indicios que merecen profundizarse» y que podrían llevar a identificar a los responsables de estos «horrendos crímenes».

Implicación de los Servicios de Inteligencia

Uno de los principales testimonios proviene de un exagente de los servicios secretos bosnios. Este agente asegura que en 1993 informaron a la agencia italiana de inteligencia (SISMI) sobre la existencia de estos viajes organizados. Según el testimonio, la ruta de estos «turistas de la guerra» partía en avión desde la ciudad italiana de Trieste hacia Belgrado, y luego continuaba por carretera hasta Sarajevo.

El exagente declaró que el SISMI les contestó meses después asegurando haber interrumpido el safari que salía de Trieste, pero no proporcionó los nombres de los «cazadores» u organizadores. La investigación busca ahora verificar si existe documentación reservada en los archivos del Estado italiano y por qué no se actuó contra estas personas en su momento.

Perfiles y Jurisdicción

El abogado Brigida describe a los responsables como «un grupo de criminales» posiblemente motivados ideológicamente, apasionados por las armas, que acudían a disparar a personas como si estuvieran en polígonos de tiro.

El caso ha generado conmoción en Italia. El escritor y activista Adriano Sofri, quien estuvo en Sarajevo en aquellos años, aseguró en un artículo que este fenómeno era «universalmente conocido» e involucraba a participantes «entusiastas y numerosos».

El caso no ha prescrito, ya que en Italia este tipo de delito de extrema gravedad está castigado con la cadena perpetua. El Código Penal italiano permite perseguir estos crímenes aunque la fase final se haya cometido en otro país, evitando así la impunidad. La Fiscalía ha delegado la investigación en la sección antiterrorismo del ROS (unidad especializada de los Carabinieri).

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