El gobierno de Donald Trump ha intensificado la presión sobre la próxima cumbre de líderes del G20 en Johannesburgo, Sudáfrica, al anunciar que romperá el histórico consenso en el comunicado final. De concretarse la postura, sería la primera vez en la historia del G20 que la cumbre concluye sin un documento de consenso entre todas las partes.
Una carta de la embajada norteamericana en Pretoria al Departamento de Relaciones Internacionales de Sudáfrica esgrimió la posición de Washington: “Las prioridades de Sudáfrica en el G20 son contrarias a la postura política de Estados Unidos, y no podemos apoyar el consenso sobre ningún documento negociado bajo su Presidencia”.
Estados Unidos ya había anunciado la ausencia de Trump y de cualquier representante de su gobierno en la cumbre. La posición de la Casa Blanca se enmarca en su rechazo a los organismos multilaterales y en las acusaciones previas de Trump contra el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
La Incómoda Posición de Argentina
La decisión de Estados Unidos pone a la Argentina en una posición incómoda, ya que el presidente Javier Milei ya había optado por no asistir, enviando en su lugar al nuevo canciller Pablo Quirno.
Ahora, la atención se centra en si Argentina acompañará la decisión de Estados Unidos de oponerse al consenso, una medida que podría tener un costo diplomático mucho más alto para el país.
- Rechazo y Presencia: A diferencia de Estados Unidos, que no estará presente en la mesa, si Argentina decide seguir los pasos de Washington, el canciller Quirno sí deberá defender y anunciar la posición in situ frente al resto de los líderes mundiales.
- Costo Político: La decisión inicial de Milei de no viajar ya había generado recelo entre socios políticos y comerciales, quienes consideran que Argentina necesita estar presente en estos foros del más alto nivel dada su menor influencia geopolítica.
La diplomacia argentina continúa trabajando para concretar reuniones bilaterales y sostener la posición del país en los grupos de trabajo previos, a la espera de una definición sobre si acompañará el histórico boicot al consenso final del G20.
