La metalúrgica Cramaco (anteriormente conocida como DBT), ubicada en Sastre, Santa Fe, anunció que frena su producción de generadores y alternadores eléctricos en el país y se dedicará a vender productos importados. Esta decisión resultó en el despido de 35 obreros, lo que representa cerca del 90% de su grilla de empleados

Impacto de la Decisión

• Despidos Masivos: Fueron despedidos 35 de los 57 trabajadores. De ese total, 33 pertenecían al sector de producción, lo que significa que no queda personal de producción en la planta. La lista de despedidos incluye personal con largas antigüedades (40, 37 y 28 años). La empresa se comprometió a pagar las indemnizaciones.
• Reemplazo por Importación: En la planta santafesina se fabricaban íntegramente los alternadores, que ahora serán importados. La empresa dejará de producir en Argentina para operar como un depósito y centro de ensamblaje de productos que, según trascendió, vendrían de China.
• Golpe a la Economía Local: Esta reducción es un nuevo golpe para Sastre, una ciudad de alrededor de 6.000 habitantes, donde la planta era uno de los principales motores económicos.

Contexto de la Crisis

La crisis en Cramaco no es nueva. En septiembre del año pasado ya había despedido a 16 trabajadores debido a la caída en las ventas y la paralización de la actividad. En aquel momento, los empresarios ya habían advertido que la apertura de importaciones ponía en riesgo la producción local.

La empresa, que en 2003 se había asociado con la multinacional española Himoinsa, había llegado a ser líder del mercado local con un 85% de participación y exportaciones a nivel global.

Según fuentes, la planta tenía un stock de 120 grupos electrógenos, mientras que las ventas mensuales apenas alcanzaban entre 10 y 12 unidades, un desfasaje que anticipó la crisis terminal de su producción.