El histórico bloque peronista atraviesa uno de sus momentos más críticos tras las recientes fugas y divisiones internas. La salida de legisladores que formaron espacios propios, desligados de la conducción nacional, ha reducido drásticamente su peso e influencia en la Cámara de Diputados, lo que podría facilitar al oficialismo la aprobación de sus proyectos.
Fractura y Debilitamiento en la Cámara Baja
La desarticulación del bloque peronista se remonta a la derrota electoral de octubre, que dejó al espacio sin capacidad para ordenar una renovación de liderazgos.
- Malestar Interno: La decisión de la conducción de mantener la misma línea política, sin abrir el debate interno, alimentó el malestar de sectores relegados y aceleró las rupturas.
- Pérdida de Influencia: La conformación de bancadas provinciales autónomas implicó la pérdida de bancas clave. Con la nueva composición legislativa, el peronismo tendrá menos capacidad de negociación y encontrará dificultades para bloquear iniciativas del oficialismo.
Incertidumbre en el Senado
La crisis se extiende al Senado, donde el panorama tampoco es alentador. La reducción en la cantidad de representantes, sumada a la falta de cohesión interna, amenaza con poner fin a una etapa de predominio político que el espacio mantuvo durante décadas.
Dirigentes peronistas temen que esta desintegración genere una mayor vulnerabilidad frente al avance del Gobierno nacional en el Congreso. La situación obliga al peronismo a replantear su estrategia con nuevos acuerdos internos para evitar quedar relegado en el ámbito legislativo.
