La próxima asunción provincial, pautada para el 10 de diciembre, volverá a poner en escena el entramado simbólico a través de las dos piezas centrales de la investidura: el bastón de mando y la banda, concebidos para acompañar a Elías Suárez en el inicio de su período 2025-2029. Estos símbolos condensan historia, identidad y legitimidad democrática.



El Bastón de Mando: Un Emblema Provincial
El bastón concentra la mayor densidad simbólica, al haber sido elaborado por artesanos santiagueños, recuperando elementos locales:
- La Vara: Realizada en madera de algarrobo, evoca el carácter sagrado de este árbol para los pueblos originarios y su rol como sustento en la vida del monte santiagueño.
- La Empuñadura (Plata): Incorpora detalles de notable elaboración:
- El escudo provincial en oro, tallado a mano.
- El nombre de la provincia en sobre-relieve.
- Un diseño superior inspirado en el algodón, cultivo históricamente ligado a la economía provincial.
- Caja de Presentación: El bastón descansa en una caja de madera de algarrobo, tapizada en pana gamuzada negra. En la parte superior, detalles en alpaca grabados a láser reproducen la tradicional guarda del poncho santiagueño, con una placa central que registra el nombre del mandatario y su período de gobierno.
La Banda: Solemnidad y Protocolo Republicano
La banda suma una carga simbólica significativa y fue confeccionada por la Sastrería Militar del Ejército Argentino, institución encargada de elaborar las insignias de altos funcionarios, garantizando calidad técnica y continuidad protocolaria.
- Confección: Realizada en cinta de gro de seda de 10 centímetros de ancho, siguiendo estrictamente la reglamentación oficial. Su estructura completa se compone de tres capas de tela (algodón con poliéster) para aportar firmeza y durabilidad.
- Diseño: Replica el formato clásico de las insignias nacionales, extendiéndose desde el hombro hasta el esternón.
- Detalle Distintivo: En el cruce se ubica el escudo provincial, bordado en hilo dorado, y el diseño presenta borlas elaboradas bajo los estándares tradicionales del protocolo.
En el momento de su colocación, la banda se convierte en un símbolo de autoridad y en una representación visible de la investidura que el gobernador recibe en nombre de la provincia y su gente.

