Estabilidad precaria y riesgo de «salto atrás» industrial por dependencia externa

Estabilidad precaria y riesgo de «salto atrás» industrial por dependencia externa

Tras la consolidación política obtenida en las elecciones, el gobierno nacional goza de una relativa calma para avanzar con su programa económico. No obstante, un reciente informe de coyuntura advierte que la estabilidad lograda se sostiene sobre pilares frágiles, con una crítica dependencia financiera del exterior y un modelo que impulsa la reprimarización de la economía a costa de la industria local.

El análisis subraya una paradoja central: la estabilización del tipo de cambio ha permitido que la inflación mensual se instale en torno al 2%, proyectando un índice anual inferior al 30%, una cifra no vista desde 2020. Esta contención se logra mediante lo que el informe denomina «populismo cambiario»: un dólar barato que facilita las importaciones y el turismo en el exterior, generando bienestar en un sector de la población, pero con la contracara del cierre de empresas y la pérdida de empleo formal en el sector industrial.

Alarma por la Crisis de Reservas y el Dólar

El principal factor de vulnerabilidad sigue siendo el frente externo. A pesar de que las reservas brutas suman USD 41.899 millones, el informe detalla que solo una pequeña porción constituye «capacidad de fuego» real para intervenir en el mercado cambiario sin tocar los depósitos de particulares.

Con una demanda dolarizadora mensual promedio de USD 4.650 millones, la capacidad de intervención propia del Banco Central (BCRA) se estima en tan solo USD 3.709 millones. La meta de acumulación de reservas netas impuesta por el FMI, por lo tanto, es considerada «incumplible», lo que anticipa la necesidad de solicitar un waiver al organismo. El bajo nivel de reservas y el abultado perfil de vencimientos de deuda exigen un financiamiento permanente que carece de fuentes estables.

La Apuesta de Caputo: Reabrir el Crédito

Ante esta situación, la gestión económica apuesta a reabrir los mercados voluntarios de deuda internacional, buscando consolidar la baja del riesgo país, que actualmente se ubica en 650 puntos.

El anuncio de la colocación de un bono en dólares bajo legislación local es visto como el «test» crucial para medir la cercanía de esa reapertura. Sin la posibilidad de refinanciar los próximos vencimientos de deuda, la sostenibilidad del programa se considera «dudosa».

Geopolítica y «El Gran Salto Hacia Atrás»

El programa económico genera una fuerte dependencia de la asistencia financiera de los organismos del «área dólar», lo que deriva en una «sumisión geopolítica hacia los EEUU», a pesar de que el intercambio comercial con China sea un 60% superior al que se mantiene con la potencia norteamericana.

Esta alineación occidental se materializa en la búsqueda de institucionalizar el programa liberal a través de reformas (laboral, jubilatoria e impositiva) y acuerdos de libre comercio, como el negociado con Estados Unidos y el posible acuerdo Mercosur-Unión Europea.

El informe concluye que estos acuerdos implican una apertura comercial asimétrica que favorece la reprimarización de la economía argentina, con consecuencias directas sobre el entramado productivo local:

  • Farmacéutica: Se limita la capacidad de la industria local para producir medicamentos al reforzar el sistema de patentes de laboratorios extranjeros.
  • Agropecuario: Se proyecta un cambio que subordina a los productores locales a regalías permanentes al permitir a las semilleras internacionales cobrar por cada grano cosechado.
  • Automotriz e Industrial: Los sectores metalmecánico, químico, textil y calzado quedarían expuestos a una apertura que podría en riesgo hasta 186 mil puestos de trabajo industriales.

El gobierno busca con estas reformas y acuerdos que el modelo económico deje de depender de medidas coyunturales y se apoye en fundamentos estructurales, aunque el costo de esta institucionalización sea la destrucción del aparato productivo industrial local en favor de una economía primarizada.

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