En un giro inesperado que sacude el tablero político, los legisladores del PRO, la UCR y bloques provinciales le marcaron la cancha al Ejecutivo. «Sin presupuesto no hay reforma», sentenciaron, obligando a Patricia Bullrich a postergar el tratamiento para febrero.
El «Ultimátum» del Senado: Presupuesto o Parálisis
Lo que debía ser una jornada de avance legislativo para el oficialismo se transformó en un duro revés político. Los senadores considerados «aliados» del Gobierno Nacional plantaron bandera frente a la estrategia de presión ejercida por la Casa Rosada y, específicamente, por Patricia Bullrich.
La frase que circuló por los pasillos del Honorable Senado fue tajante: «Se hartaron de que la doctora los lleve a latigazos». La rebelión no solo provino de la oposición dialoguista, sino del núcleo duro de acompañamiento parlamentario, incluyendo al PRO y al radicalismo, quienes exigen que la prioridad absoluta sea la aprobación del Presupuesto Nacional antes de avanzar con cambios en la legislación laboral.
El Fallido Plan de Navidad de Bullrich
La estrategia del Gobierno consistía en utilizar los fondos destinados al funcionamiento del propio Senado como moneda de cambio. Bullrich intentó seducir a los legisladores con la garantía de recursos para la Cámara Alta a cambio de emitir dictamen y votar la reforma el día después de Navidad.
Sin embargo, la jugada no prosperó. Los senadores interpretaron la maniobra como una presión desmedida en un contexto donde el Presupuesto —ya votado con modificaciones en Diputados que representaron una derrota oficialista— sigue en el limbo.
Consecuencias: Un febrero de alta intensidad
Ante la falta de quórum político para sesionar este año, el Gobierno se vio obligado a retroceder:
- Postergación Forzada: La discusión se traslada oficialmente a las sesiones extraordinarias de febrero.
- Riesgo Presupuestario: Si el oficialismo no acelera el trámite para tratar el Presupuesto enviado desde la Cámara Baja, el país podría iniciar el 2026 sin una hoja de ruta de gastos aprobada.
- Guerra de Relatos: A pesar de la derrota, Bullrich intentó capitalizar el momento en redes sociales anunciando un «Habemus dictamen», aunque en la práctica parlamentaria el proyecto quedó congelado.
Análisis Político: El fin de la «chequera y el látigo»
Este episodio marca un límite claro en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo. La estrategia de «ir por todo» encontró una barrera en los gobernadores y senadores provinciales, quienes ven en el Presupuesto la única garantía de gobernabilidad para sus territorios. El Gobierno ahora enfrenta el desafío de negociar en términos de igualdad si quiere ver su reforma laboral convertida en ley durante el primer trimestre del próximo año.