Los datos oficiales de noviembre han confirmado lo que se percibía en las calles: el modelo económico actual ha comenzado a devorar sus propios brotes verdes. Según el último informe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), el consumo sufrió una estrepitosa caída del 2,8% interanual, evidenciando que la supuesta recuperación no era más que un espejismo estadístico.
Un Poder Adquisitivo en Picada
A pesar de que el ingreso nominal por hogar se sitúa en los $2.582.000, la realidad es mucho más cruda cuando se despoja de la retórica oficial. Al descontar el efecto inflacionario, el poder de compra real de los argentinos volvió a retroceder en noviembre respecto a octubre. Esta caída del 1,3% mensual desmiente cualquier narrativa de estabilidad y pone de manifiesto que los salarios continúan corriendo muy por detrás de los precios.
Sectores en Crisis: El Espejismo de la Indumentaria
Si bien los voceros del modelo intentan aferrarse al crecimiento del 16,8% en indumentaria, omiten mencionar que esta cifra responde únicamente a una base de comparación paupérrima respecto al año anterior. En contraste, los sectores que realmente mueven la aguja del bienestar social muestran cifras alarmantes:
- Vivienda y Servicios Públicos: Cayó un 0,6%, reflejando el impacto de los tarifazos impagables.
- Transporte y Vehículos: Se desplomó un 2,0%.
- Otros Rubros: Una caída generalizada del 5,7% que demuestra la parálisis del mercado interno.
El Fin del «Aguante» Financiero
Uno de los puntos más críticos que revela el informe es el agotamiento del crédito. Durante meses, las familias argentinas intentaron sostener su nivel de vida mediante el endeudamiento, pero ese mecanismo ha llegado a su límite.
- Las tarjetas de crédito y los préstamos personales están estancados.
- El crédito hipotecario y prendario, que se anunciaba como el motor de la reactivación, ha perdido toda relevancia.
Conclusión: Un Modelo que No Cierra
El estancamiento del consumo masivo (caída mensual del 1,8%) es la prueba definitiva de que las políticas actuales están priorizando variables macroeconómicas abstractas por encima de la mesa de los ciudadanos. Sin crédito, con servicios públicos en alza y un poder adquisitivo que se diluye mes a mes, la tendencia de crecimiento observada en meses previos se ha quebrado, dejando a la economía argentina en un callejón sin salida.
