Ex policía maniató y encerró en el baño a dos hermanos a punta de pistola

Ex policía maniató y encerró en el baño a dos hermanos a punta de pistola

El exuniformado y su cómplice se alzaron con un botín de casi 90 mil pesos y diversos bienes. Fue detenido en un allanamiento en Selva.

   

Con una bala en el revólver y los hermanos sentados frente a frente, un expolicía de la provincia de Santa Fe y un cómplice “sorteaban” a cuál de los dos iban a asesinar. Le gatillaban en falso, mientras le exigían la entrega del dinero. Los hermanos fueron maniatados y en cerrados en el baño, tras el robo. 
Cerca de las diez de la noche del miércoles 6 de julio, Claudio Crespín y su hermano, José, estaban en su casa de calle Carlos Pellegrini, de la localidad de Ceres –Santa Fe-. Sonó el timbre de la puerta, por lo que uno de los hermanos se dirigió a atender. Eran dos sujetos. Apenas abrió la puerta, los desconocidos lo apuntaron. Lo obligaron a ingresar a la propiedad y comenzaron a amenazarlo de muerte. Le exigían la entrega de dinero. Uno de los delincuentes era un exfuncionario de la Policía de Santa Fe, con domicilio en Selva –departamento Rivadavia-. 
Sentaron a José y a Claudio frente a frente y les gatillaron en falso en varias oportunidades. Tras la tortura, decididos a no retirarse de la casa con las manos vacías, los maniataron y los obligaron a ingresar al baño. Los encerraron, mientras continuaban vociferando las amenazas. 
Finalmente, los asaltantes lograron robarles a los hermanos Crespín la suma de 85 mil pesos y los celulares. Luego, huyeron. 
Los hermanos lograron liberarse y radicaron la denuncia penal. La Fiscalía local caratuló la causa como robo calificado por el uso de arma de fuego y privación ilegítima de la libertad. Por lo que se iniciaron las pesquisas pertinentes, con el objetivo de llevar a cabo las detenciones de los sujetos. 

Tenía un arsenal
En un trabajo conjunto entre la Policía de la Provincia de Santa Fe y de la Comisaría Comunitaria 34 de Selva, se logró dar con el paradero de uno de los sospechosos del violento asalto suscitado a inicio de julio en Ceres. 
A requerimiento de la Unidad Fiscal de San Cristóbal –Santa Fe- a cargo de la Dra. Silvina Verney, el juez Penal de Primera Instancia de la Quinta circunscripción judicial de San Cristóbal, Dr. Juan Peralta, solicitó allanamiento, con detención y secuestro en una propiedad de 27 de Abril y 20 de Junio, del barrio Los Álamos de la ciudad de Selva. La medida judicial fue homologada por la jueza de Control y Garantías de Añatuya, Dra. Ana María González Ruiz. 
Los efectivos de la Comisaría Comunitaria 34 irrumpieron en el inmueble de la familia Yribas. En primera instancia, los uniformados procedieron a la detención de un sujeto de 64 años, identificado como Miguel Ángel Yribas, quien habría sido sindicado como uno de los presuntos asaltantes de los hermanos Crespín. 
Posteriormente, en la requisa de la propiedad se realizó el secuestro de 130 mil pesos, un celular y cuatro revólveres calibre 38 corto, 38 largo y 45 milímetros; más un revólver de aire comprimido. Además, se incautó un guante negro y otros elementos de vital importancia para la investigación. 

 “Hacían como una ruleta con nosotros”

Ante los medios locales, uno de los hermanos Crespín detalló el momento dramático que le tocó vivir en manos de los asaltantes que irrumpieron en su casa y tras golpearlos, amordazarlos y maniatarlos, le robaron dinero y pertenencias. 
“‘José sabemos que tienes mucha plata. Queremos que nos des toda’, me dijo uno de los sujetos. Le dije que no. Forcejeamos, uno me dio un coletazo en la nariz y me llevaron para atrás, me tiraron al piso. Me zamarrearon. No quería que lleguen a mi hermano, que estaba encerrado viendo la tele. Insistían con el dinero. Me apuntaban con la pistola en la sien. Me dijo ‘te vamos a gatillar’. Entonces le respondí ‘tirá entonces hermano’”, reveló José a la prensa de Ceres. 
Al tiempo que agregó: “Me entregué. En un momento determinado vi que trajeron de las rastras a mi hermano de la habitación. A mí me amordazaron, nos ataron con precintos en el baño. Hacían como una ruleta con nosotros. ‘Este es el final’, pensé yo. Negociaba mi hermano, que tuvo la lucidez. Escucharon un ruido y se fueron llevando lo que teníamos en ese momento”. 

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