La jueza federal que avanza en la causa, María Eugenia Capuchetti, llamó a declarar a los efectivos involucrados en el peritaje y custodia del teléfono para esclarecer lo ocurrido, y asumieron la culpa.
El intento de magnicidio de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, continúa causando revuelo en el país y en el mundo. En las últimas horas, se había dado a conocer que el teléfono de Fernando Sabag, el brasileño que le gatilló en la cabeza a CFK, había sido reiniciado de fábrica y se perdió toda su información.
Como consecuencia de esto, la jueza federal que lleva adelante la causa, María Eugenia Capuchetti, llamó a declarar a los peritos de la Policía Federal y de la PSA, quienes son los directos responsables de todos los datos que se perdieron tras la pérdida de todo el almacenamiento del teléfono.
De acuerdo a la declaración de los efectivos, su accionar fue el desencadenante: ellos habrían intentado desbloquear el aparato telefónico y, tras fallar la contraseña varias veces, el dispositivo se reinició de fábrica. Esto se debe a una medida de seguridad integrada en los teléfonos, llevada a cabo por varias de las empresas conocidas de telefonía.
Por el momento, se investiga si el aparato habría sufrido algún tipo de alteración durante su custodia desde el día que fue secuestrado, el 1 de septiembre. No obstante, confiaron en las fuerzas de seguridad, quienes manifestaron que mantuvieron la cadena y que tienen pruebas documentales para desligarse de cualquier tipo de responsabilidad derivada.
Consecuentemente, la culpabilidad del reinicio quedó únicamente ligada a los peritos de la Policía Federal, quienes alegaron que a pesar de perder dicha información, lograron recuperar otros datos de la memoria SIM del teléfono, tales como contactos, que podrían ser claves para la investigación.