Un dato revelado por la hermana del damnificado permitió develar el delito.

Los lazos entre amigos, en algunos casos, suelen ser más fuertes que los sanguíneos, especialmente por la confianza. Este era uno de los sustentos de la relación de un joven comerciante de 25 años, de apellido Kovalchuk, domiciliado en la ciudad de Fernández, y de su amigo, de apellido Cruz. La confianza era tal que Cruz tenía acceso libre a la casa de su amigo.
En los últimos días, el comerciante realizó el control de sus ahorros que estaban en una caja, debajo de su cama, y advirtió la ausencia de 800 mil pesos. La desesperación se adueñó del joven y buscó en muebles de la casa, ante la presunción de que podría haber colocado el dinero en otro lugar y no recordaba, pero no halló nada.
El damnificado le confió a sus familiares sobre el faltante de la abultada suma de dinero, ocasión en la que su hermana le contó lo que había visto hace unos días. En horas de la siesta, su amigo había ingresado a su casa, mientras Kovalchuk no se encontraba. Sin embargo, ello no llamó la atención por la confianza que había en el visitante.
No obstante, la mujer advirtió que Cruz ingresó a la habitación de su hermano, buscó en distintos sector del dormitorio y luego se marchó. Todo se concretó sin que el visitante advirtiera la presencia de la mujer en otra habitación.
Con los datos obtenidos, el comerciante enfrentó a su amigo. Tras una larga charla, Cruz terminó confesándole que era la persona que le había sustraído los 800 mil pesos de sus ahorros. Seguidamente, le devolvió $ 67 mil y un Iphone que tendría un costo de 250 mil pesos. 
El damnificado indagó sobre los motivos que lo llevaron a concretar la maniobra delictiva y el acusado le dijo que “tenía deudas que pagar”.     
Realizó la denuncia penal en contra de Cruz y es investigado por la Fiscalía.