«Hace veinte años que trabajo de esto y nunca vi nada igual, estuve cuatro días sin dormir», detalló el jefe de seguridad del boliche Le Brique, en cuya puerta se cometió el brutal asesinato de Fernando Báez Sosa.
Alejandro Claudio «Chiqui» Muñoz, jefe de seguridad del boliche «Le Brique» de Villa Gesell, declaró este miércoles ante el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Dolores por el crimen de Fernando Báez Sosa, quien fue asesinado a golpes en la puerta de ese establecimiento por un grupo de jóvenes que había sido expulsado del local esa misma noche.
Muñoz explicó que tuvo que pedir ayuda a otros empleados del boliche para expulsar a Máximo Thomsen, que es señalado como uno de los principales acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa. Lo que es más, el jefe de seguridad se quebró al reconocer: «Hace 20 años que trabajo de esto y jamás vi tanta saña«.
Casi desde el inicio de la investigación policial surgieron videos de la secuencia ocurrida en la vereda de Villa Gesell durante la madrugada del 19 de enero de 2020, pero Muñoz se refirió a los hechos ocurridos adentro del boliche, donde Thomsen participó de una pelea y tuvo un roce con la víctima antes de ser echado.
«Cuando llegué la pelea ya había terminado. Me lo señalan a Thomsen, trato de sujetarlo solo y me hizo tanta fuerza que tuve que pedir ayuda a uno de mis compañeros para sacarlo«, recordó Muñoz.
«Lo tuvimos que sacar entre dos porque estaba muy agresivo. Thomsen era el más alterado«, dijo Muñoz a los jueces del TOC 1 de Dolores.
Una vez afuera del boliche, tras haber salido por la puerta de la cocina junto con nueve de sus acompañantes, Thomsen no se calmó pero dejó de ser problema de Muñoz.
Fernando Báez Sosa también fue expulsado de «Le Brique» junto a sus amigos. «Lo sacaron tranquilo, no tenía camisa«, señaló el jefe de seguridad.
Pero ya en el terreno público los rugbiers arremetieron contra Fernando Báez Sosa y no hubo nada que sus amigos y amigas pudieran hacer. Muñoz miró desde lejos.
«Cuando llego a la puerta veo a todos los ‘rugby’ y veo que se van turnando para pegarle a Fernando. Trataban de separar a los amigos (de la víctima) y dejarlos a cinco o seis metros«, relató.
«Unos cubrían a los amigos y otros le pegaban. Uno que estaba con camisa blanca con rodete (Matías Benicelli vestía camisa blanca y llevaba el pelo en un rodete esa noche, como se ve en fotos y videos) le pegó y Fernando no se levantó nunca más«, sentenció.
Muñoz agregó en su testimonio de este miércoles que los ocho acusados (dos de los 10 rugbiers quedaron desvinculados de la causa) «le daban patadas constantemente» a la víctima, y que «el que más le pegaba» fue Thomsen, a quien reconoció por lo ocurrido adentro de «Le Brique».
«Me concentré en él porque, mirá que yo soy grande, pero no lo pude contener«, insistió Muñoz al describir el ataque como «todo patada, patada, patada«.