El Presidente no descartó ir en busca de la reelección y defendió la competencia interna en las PASO. Habló de su vínculo con CFK y aseguró: «Mi enemigo es la derecha recalcitrante».
Por Página 12.- Se aceleran los tiempos políticos en el oficialismo y, mientras desde las distintas terminales del Frente de Todos le siguen pidiendo al presidente Alberto Fernández que imite el ejemplo de Mauricio Macri y desista en su deseo de ir por la reelección, él sigue sin darse por aludido y asegura que «quiere conducir el espacio si el pueblo así lo quiere». En una entrevista que fue publicada este domingo por El Método, Fernández habló sobre su candidatura. «Nadie me venga a correr ahora con el tiempo, el diez de diciembre dije que todos los cargos debían pasar por las PASO», dijo.
Además, aseguró que para él «hay que terminar con los personalismos», porque se necesita «una nueva renovación del peronismo», y, por último, resaltó que para estas elecciones el oficialismo tiene «cientos de candidatos». «El problema no es si Cristina conduce o no conduce, yo quiero que conduzca si es elección popular y yo quiero conducir si el pueblo lo quiere», remató. También dio detalles de su reunión con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Dijo que los dos tienen mala opinión del exmandatario de ese país, Donald Trump, y que ambos recibieron «una herencia desquiciada», de los gobiernos que los precedieron.
El Presidente aseguró que «no está en sus planes es terminar con el kirchnerismo», porque él es kirchnerista. «Sería como pegarme un tiro en la cabeza», aclaró. «Mi objetivo es mejorar lo que somos, terminar los personalismos. No podemos estar toda la vida dependiendo de la decisión de uno, no podemos y no debemos permitir que eso pase”, añadió. Dijo que además de ser el Presidente «sobre todas las cosas es un militante», y que la única aspiración que tiene es que gane el FDT. «Toda la discusión sobre mi reelección para mí es un tema secundario. Falta tiempo. Hay actores que pueden aparecer en el escenario y que pueden ser candidatos», arriesgó.
El Frente de Todos transita un momento de fuerte tensión interna de cara al cierre de listas que será en menos de tres meses. El ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, fue uno de los encargados de armar junto con el vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos, la mesa política que se llevó adelante en febrero en el PJ para empezar a delinear la estrategia electoral y, según contó este fin de semana, los miembros de aquella mesa siguieron en conversación durante estas semanas. Según lo que adelantó de Pedro, la idea del oficialismo que está más avanzada por estas horas es la de llegar a las PASO con dos fórmulas. Tal como consignó este diario en su edición de domingo, esas dos fórmulas podrían ser: una encabezada por el ministro de Economía, Sergio Massa, –con respaldo del kirchnerismo y posiblemente con de Pedro como candidato a vicepresidente– y otra encabezada por el embajador en Brasil, Daniel Scioli.
Fernández dijo que «estamos todos convencidos en que es necesario hacer una mesa política para dar diseño al proceso electoral que se viene», y agregó: «ahora lo que no me pueden pedir es que los que no me acompañaron en la decisión del Fondo y me dejaron sólo en el momento más difícil del gobierno pidan resolver conmigo. Si en el momento más difícil me dejaron solo, déjenme trabajar».
Una de las posibilidades es que Massa y el kirchnerismo vayan por un lado –con el aval de CFK– y Scioli, con alguien que lo acompañe en la fórmula, represente al peronismo no kirchnerista, y al presidente Alberto Fernández, si es que él finalmente decide bajar su candidatura. Esta versión, sin embargo, es desmentida por el entorno del mandatario. Ellos dicen que Massa y Fernández «tienen un acuerdo» y que si Fernández decide no ser candidato, el candidato de ese espacio será el ministro de Economía. Massa guarda silencio. Espera.
En la entrevista que Fernández dio al Método, el Presidente habló del tema. Agradeció a Massa y habló del exministro, Martín Guzmán: «lamenté mucho la forma en que Guzmán dejó el Gobierno y tengo gratitud eterna a Sergio porque sé la garra que le pone. La oposición ya estaba hablando de una asamblea legislativa que me iba a sacar del gobierno cuando asumió», una cita casi textual a lo que dijo días antes el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi. Luego, el Jefe de Estado indicó que en el FdT todos reconocen el trabajo que está haciendo el ministro de Economía y, en medio de rumores que insinúan que la relación entre ambos está transitando un momento de tensión, aclaró que «habla con el Ministro lo que tiene que hablar».
Fernández también mencionó a Scioli. Contó que le dijo a Scioli «que se largue», y que «se fije hasta donde llega», aunque aclaró que eso «se lo diría a todos». Además, opinó que, según su criterio, CFK no es capaz de ganarle a cualquier candidato. «No creo eso, si no estaría diciendo no hagamos nada», aseveró. Para seguir irritando al kirchnerismo hizo algo que molesta sobremanera a la vicepresidenta: dijo que él «fundó el kirchnerismo», y que su gobierno «está lleno de compañeros que son kirchneristas». En ese momento mencionó a su jefe de gabinete, Agustín Rossi; al ministro de CyT, Daniel Filmus; a la vocera Gabriela Cerruti y al ministro de Defensa, Jorge Taiana. «Soy kirchnerista, pero mi objetivo es mejorar lo que somos. No podemos seguir con los personalismos», subrayó y finalizó: «mi enemigo no es ninguno de los FDT, mi enemigo es la derecha recalcitrante».
En otro tramo de la entrevista, el mandatario hizo una defensa de su gestión y aclaró que él sí ejerció el poder. «Lo único que yo no hago es un relato. El relato tiene una parte de ficción y no está bien que la política le hablé a la gente por medio de la ficción», remarcó para cuestionar y diferenciarse del kirchnerismo. «Yo sí ejercí el poder. ¿Quién pidió la quita de la deuda? Alberto Fernández. ¿Quién fue a buscar las vacunas? Alberto Fernández», enumeró y disparó «si yo hubiera construido un relato habría mentido».
La relación con Cristina Kirchner
Por último, Fernández se dedicó a hablar de la vicepresidenta. Resaltó que ella “es injustamente condenada” en la causa Vialidad y que es víctima de “un relato judicial que no se condice con la realidad de lo que ella hizo”. Remarcó que “lo que quiero que la gente entienda no es el resultado de la proscripción de Cristina, es la condena sobre una persona inocente, eso es lo que, como gente de derecho, lo que más nos debe indignar».
Por otro lado, reconoció que él y la vicepresidenta tienen diferencias, y que una de ellas fue «como plantarnos frente al FMI». Opinó que el del kirchnerismo fue «un planteo honesto, pero alejado de la realidad». «No funciona así el mundo. Yo tengo la convicción de que hicimos la mejor negociación posible», añadió.
También dijo que la oposición durante años intentó que él «entregue a Cristina», y que no lo hizo porque la vicepresidenta «no lo merece», y aclaró que «no comparte la idea del verticalismo total». «Muchos me dicen ¿Por qué no le diste una patada en el traste al que te hizo tal cosa? Porque yo no vine a hacer muestras de poder. Si yo hubiera hecho eso seguramente hoy no estaría acá porque hubiese elegido mi persona sobre el conjunto y mi enemigo no es ninguno de los miembros del FDT, mi enemigo es la derecha recalcitrante», concluyó.
La reunión con Biden
El Presidente también habló de su reunión la semana pasada con su par de Estados Unidos, Joe Biden. Contó que durante una parte de la reunión “se rieron” de Donald Trump, porque ambos tienen “una mala opinipo de él”. Además, dijo que el mandatario estadounidense «sabe perfectamente las similitudes entre Macri y Trump, el vínculo que tuvieron y que tienen».
«Entiende perfectamente que la deuda que tiene la Argentina fue una decisión de Trump para favorecer a su amigo Macri”, indicó. El Jefe de estado sostuvo en diálogo con Tomás Rebord que “fue una muy buena reunión y recordó que Biden, delante de la delegación argentina, “dio instrucciones” a su equipo “para que se atiendan” los asuntos que le planteó.