Santiagueños participan de convenio de asistencia técnica del INTA

Santiagueños participan de convenio de asistencia técnica del INTA

La organización internacional The Nature Conservancy trabaja en la región, realizando estudios de las pasturas y su degradación. Realizaron trabajos de terreno, luego de una prolongada sequía en el denominado Gran Chaco Americano.

   

En el marco del convenio de asistencia técnica entre el INTA y The Nature Conservancy: Cartografía del estado de degradación de las pasturas del Gran Chaco Americano, en 2020 comenzaron a realizar evaluaciones en diferentes establecimientos ganaderos de la provincia para conocer características de algunos sitios con pastizales y con pasturas cultivadas.

En Santiago del Estero, intervinieron para el trabajo en terreno técnicos de investigación de los Grupos de Producción Animal de la EEA Santiago y Quimilí y del Grupo de Recursos Naturales de EEA Santiago, en conjunto con las Agencias de Extensión de Frías, Quimilí, Malbrán, Monte Quemado, Bandera, OIT Las Termas de Río Hondo y UE Ojo de Agua.

Las personas que participaron en el proyecto por INTA Santiago fueron: Roxana Ledesma, Florencia Saracco, Alicia Córdoba, Rubén Darío Coria, Juana López, Gabriela Barraza, Víctor Navarrete, Silvina Coronel, Pablo Báez y Carlos Llorvandi. Mientras que por Quimilí participaron: Úrsula Wolf, Javier Reinaldi, Gustavo Gerlero, Noelia Continelli y Sebastián Valiente. 

“Las evaluaciones continúan para la generación de un nuevo mapa que represente el estado de degradación de los pastizales naturales. Los naturales remanentes y los sitios de pasturas implantadas se encuentran en diferentes estados de degradación. Los principales factores que limitan su productividad y diversidad están asociados a sequías prolongadas, intensidades de pastoreo inapropiadas y cambios en el régimen del fuego».

«En este estudio se desarrolló una metodología basada en información satelital y relevamientos de campo que permite estimar y cartografiar el estado de degradación de pasturas. Se considera que la metodología, al permitir estandarizar la degradación de pasturas con las precipitaciones, es apropiada para evaluar en regiones con gradientes ambientales que determinan el potencial productivo”, afirma el INTA.

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