El exadministrador general de la Corte Suprema de Justicia declaró por segunda vez en el marco del juicio político, y reveló graves prácticas del máximo tribunal y afines, que incluyen tráfico de influencia y amenazas.
Este martes fue explosivo para el ámbito político de la Nación. No solo la Corte Suprema de la Justicia de la Nación suspendió las elecciones en Tucumán y San Juan en lo que pareció una previsión del triunfo peronista, sino que la Comisión de Juicio Político en la Cámara de Diputados, presidida por Carolina Gaillard, volvió a recopilar testimonios, entre ellos el de Héctor Marchi, que fue quien reveló las irregularidades financieras de la Corte y su obra social.
Esta es la segunda vez que Marchi declara, y sus palabras volvieron a poner al máximo tribunal contra las cuerdas. Luego de ser desplazado de su cargo por evidenciar las anomalías que registró con una auditoría, el exadministrador general de la CSJN habló sin pelos en la lengua sobre las oscuras prácticas de la élite judicial.
Según sus propias palabras, uno de los motivos por los que fue «expulsado» fue debido a que hizo caso omiso a Horacio Rosatti, presidente del organismo, quien lo amenazó con que si comprometía el cargo de Mariano Althabe o el de Silvio Robles, ambos amparados por él, iba a irse Marchi primero, cosa que terminó ocurriendo.
Tras esto, Marchi apuntó directamente contra Robles, vocero de Rosatti, analizando que, posiblemente, haya «otorgado contratos para intentar negociar fallos» de la Cámara de Casación Penal, ya que recibió «pedidos» por su parte.
Por último, Marchi deslizó que sería «conveniente» pedir los fallos «de las distintas instancias y los contratos que se dieron a los jueces durante los años 2021 y 2022», a fines de ratificar o desmentir estas sospechas.
De esta manera, el exadministrador de la Corte refuerza las acusaciones contra el máximo tribunal, que se encuentra en el ojo de la tormenta desde que se filtraron los escandalosos chats de Lago Escondido, donde se evidenciaba un oscuro entramado de dádivas y tráfico de influencias en el que se vieron involucrados varios referentes opositores, incluyendo a la Corte a través de Silvio Robles, así como también al Grupo Clarín.
Por FXFF