Los apicultores de todo el mundo se ganan la vida con la miel dorada que producen sus abejas, pero estos insectos también desempeñan un papel fundamental en la polinización de 87 de los 115 principales cultivos alimentarios. Este sábado se celebra el día de las abejas para promover las prácticas agrícolas sostenibles y apreciar el papel que estos polinizadores desempeñan en la naturaleza.
Concienciación sobre el cultivo
Ziad Sa’ad es licenciado en medios y comunicación, pero siempre ha sido agricultor y apicultor en Al Qurnah, Irak.
«Nuestra comunidad tiene una relación con esta tierra difícil de describir; nuestros padres y abuelos también eran agricultores», afirma. «Nuestro trabajo y nuestro ciclo vital en estas granjas son interdependientes».
Su objetivo era concienciar sobre la importancia de las granjas en esta zona predominantemente pobre. Así que creó grupos de Facebook y WhatsApp sobre apicultura y agricultura, y con formación en seguridad y salud en el trabajo de la Organización Internacional del Trabajo, está difundiendo el mensaje en las redes sociales y transfiriendo los conocimientos a los agricultores locales.
«Nuestro trabajo en la agricultura fomenta las oportunidades económicas, la seguridad y la autosuficiencia», afirma. «Nos permite ser independientes».
Apoyo a los apicultores
Gulhayo Khaydarova, de Durmon (Uzbekistán), se dedica a la apicultura desde hace 14 años, y la miel que producen sus abejas es famosa en todo el pueblo. Explica que las tradiciones y los secretos de la apicultura se transmiten de generación en generación.
Pero la caída de las temperaturas del invierno pasado acabó con la mayoría de sus abejas. Incluso los apicultores más experimentados pueden sufrir esta pérdida.
Para compensar sus pérdidas, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proporcionó a su familia equipos modernos de apicultura y 20 colmenas nuevas.
Hoy en día, ha aumentado la producción de miel, proporcionando un medio de vida más sostenible a su familia.
Romper las barreras de género
«Las abejas son insectos extremadamente inteligentes», afirma Ligia Elena Moreno Veliz, de la localidad de La Fé, en Venezuela. Antes temerosa de los polinizadores, gracias a una beca de la FAO, ahora dirige un próspero negocio especializado en la cría de abejas reinas y transmite sus conocimientos a otras personas.
También rompió un techo de cristal. Hoy en día, aunque sólo cuatro de los 30 apicultores de la comunidad son mujeres, el tabú ha desaparecido, aseguró.
Mientras tanto, el cambio climático es preocupante, añadió. La inestabilidad climática, la inconsistencia en la floración de los árboles y la contaminación hacen que las abejas tengan nuevas pautas de comportamiento, adaptándose a los cambios en las épocas de floración.
Para hacer frente a este reto, Ligia Elena y sus colaboradores han plantado nuevos árboles para atraer de nuevo a las abejas.
«La apicultura es mi modo de vida», afirma. «Es el sustento de mi familia y una actividad que espero que mis hijas sigan haciendo en el futuro».
Orgullo sabor a miel
Betty Ayikoru, del distrito ugandés de Arua, es madre de cuatro hijos, agricultora, concejala y apicultora. «Así es como me gano la vida», afirma. Trabaja con Honey Pride Arua, una empresa social fundada por Sam Aderubo y apoyada por el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización.
Como muchas otras, su vida ha mejorado gracias a la formación y al mercado sostenible que le proporciona la empresa. Ahora, más de 1700 agricultores crían sus abejas en colmenares y, en época de cosecha, las venden a Honey Pride.
«Al implicar a los agricultores, les damos una alternativa laboral», afirma Aderubo. «Si la apicultura se lleva a un nivel en el que los agricultores la entiendan como un negocio, va a mejorar sus medios de subsistencia».
Bioseguridad
Garantizar la salud de las abejas es uno de los objetivos de la agencia alimentaria de la ONU, especialmente a la luz de las amenazas que pesan sobre ellas, como la agricultura insostenible, el abuso de pesticidas y la producción intensiva de monocultivos.
Según la agencia, la polinización es esencial para el mantenimiento de la biodiversidad vegetal y la supervivencia de los ecosistemas del planeta, ya que cerca del 75%de los cultivos, que producen frutos y otras semillas para el consumo humano, dependen en parte de los polinizadores, entre ellos las abejas.
Las prácticas favorables a los polinizadores incluyen la rotación y diversidad de cultivos, la reducción del uso de pesticidas y la restauración y protección de su hábitat. Incluso la adopción de herramientas de agricultura de precisión y la innovación pueden proteger a las abejas, según la FAO.
Para ayudar a proteger mejor a los polinizadores, la agencia acogió y coorganizó el jueves el segundo Simposio Internacional sobre Bioseguridad en la Apicultura, que puso al día a los participantes sobre los últimos avances en bioseguridad apícola y las iniciativas que las organizaciones internacionales implicadas están aplicando en diferentes áreas del mundo para garantizar la salud de las abejas.
Celebración mundial
«El Día Mundial de las Abejas ha contribuido significativamente a concienciar sobre la importancia de las abejas y otros polinizadores y a promover la cooperación internacional para protegerlos», declaró la presidenta de la República de Eslovenia.
Nataša Pirc Musar recordó, además, que su país inició el establecimiento este día conmemorativo en 2016 en una conferencia regional de la FAO para Europa y cocreó más de 300 proyectos sobre polinizadores con socios de todos los continentes.
Por su parte, la ONU ha celebrado el Día Mundial de las Abejas con una ceremonia mundial organizada por la FAO en la que se hizo hincapié en la importancia de estos laboriosos polinizadores.
Bajo el lema de una producción agrícola respetuosa con los polinizadores, el evento llamó la atención sobre las amenazas que ponen en peligro a estos insectos y la necesidad de hacerles frente.
El lunes, un acto en la sede de la ONU mostrará buenas prácticas y proyectos innovadores con vistas a concienciar sobre la contribución de las abejas a la resiliencia medioambiental y social.
«Proteger a las abejas y otros polinizadores es esencial para garantizar la producción agrícola, la seguridad alimentaria, la restauración de los ecosistemas y la salud de las plantas», aseguró el director general de la FAO, Qu Dongyu.
Como dijo la apicultora Moreno Veliz, «las abejas son insectos extremadamente inteligentes. Son animales hermosos».
¿Qué sabes sobre las abejas?
La FAO desempeña un papel destacado en la facilitación y coordinación de la Iniciativa Internacional sobre Polinizadores y se ha comprometido a promover políticas que apoyen la lucha biológica contra las plagas de las plantas y limiten el uso de plaguicidas a través de la Acción Mundial sobre Servicios de Polinización para una Agricultura Sostenible, con el objetivo de crear una mayor diversidad de hábitats en los entornos agrícolas y urbanos
Tres de cada cuatro cultivos de todo el mundo que producen frutos o semillas para uso humano como alimento dependen, al menos en parte, de los polinizadores
Proteger a las abejas salvaguarda la biodiversidad, ya que la mayoría de los polinizadores son silvestres, incluidas más de 20 000 especies de abejas
Los productos alimentarios que dependen de los polinizadores contribuyen a una alimentación y nutrición saludables
La mejora de la densidad y la diversidad de los polinizadores aumenta el rendimiento de los cultivos: los polinizadores afectan al 35% de las tierras agrícolas del mundo y contribuyen a la producción de 87 de los principales cultivos alimentarios del planeta
Casi el 75% de los cultivos mundiales que producen frutos y semillas para uso humano dependen, al menos en parte, de los polinizadores