El 12 de junio de 1974, el entonces presidente por tercera vez de los argentinos, Juan Domingo Perón, se despidió de un pueblo que lo tuvo como su conductor a lo largo de tres décadas con una convocatoria a la lucha por un mundo mejor. Finalmente, tras agradecer a los trabajadores por acercarse a manifestarle su apoyo, inmortalizó como despedida la frase que mejor sintetiza la vocación de servicio del General: “Llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino”.