En el entorno mandatario destacan logros en educación, viviendas, salud, seguridad, infraestructura vial, desarrollo urbano e industrial.
Con un discurso centrado en el futuro, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, retomó la campaña electoral en el territorio con la convicción de que la gestión es la mejor carta para mostrar en un escenario socioeconómico complejo.
El mandatario bonaerense es uno de los pocos dirigentes de Unión por la Patria (UxP) que pudo celebrar un triunfo en las PASO del 13 de agosto, pero en su entorno saben que tendrán que maximizar los esfuerzos para reelegir en octubre.
«El resultado de las PASO no fue magia, sino la consecuencia directa de las acciones de Gobierno desplegadas desde 2019 no sólo para reconstruir una provincia que había sido abandonada por el macrismo sino para transformarla», resaltan.
Explican que la creación de 173 nuevas escuelas, la construcción de 48 mil viviendas y 145 centros de salud; así como la incorporación de 4.500 patrulleros y 5.000 policías, más la tecnología aplicada a la seguridad; la realización de obras viales y mejoras en caminos rurales; la urbanización en barrios populares y el fomento a la industria «son cuestiones que fueron apreciadas por el electorado».
«Se valoró la gestión y ese es nuestro capital: podemos mostrar hechos concretos, no promesas. Tenemos 5 hospitales cuyas construcciones habían sido abandonadas en 2015 y nosotros retomamos, finalizamos y pusimos en funcionamiento con el equipamiento completo», apuntan, e indican que «hay que salir a contar todo eso».
Destacan cerca de Kicillof que, de hecho, es eso lo que los votantes pusieron en valor en distritos del interior bonaerense donde el peronismo suele cosechar resultados no tan alentadores, y tanto en 2019 como esta vez se obtuvo un piso alto, de un promedio de 30 puntos ,que permitió lograr la diferencia.
«Se gana no sólo por el conurbano, sino por esa buena aceptación en el interior y hay que trabajar para seguir sumando allí», remarcan.
De acuerdo a los datos del escrutinio definitivo, Kicillof se impuso con 3.062.190 votos sobre los dos postulantes de Juntos por el Cambio (JxC) Néstor Grindetti y Diego Santilli, que juntaron 2.721.922 sufragios; sobre la candidata de La Libertad Avanza, Carolina Píparo, quien llegó a 1.985.216, y sobre los aspirantes del Frente de Izquierda -Rubén «Pollo» Sobrero y Alejandro Bodart-, que alcanzaron 294.518 votos.
Ahora, con el respaldo de gremios e intendentes, el foco de la campaña provincial -que representa un 37% del padrón nacional- estará centrado en que UxP es «la única fuerza que tiene un proyecto de futuro para la provincia».
«A Grindetti y Píparo lo único que les interesa de la provincia son los votos para que (Patricia) Bullrich y (Javier) Milei lleguen a la presidencia. Para ellos, es sólo un trampolín. No se les conoce una propuesta. Son sólo ‘apéndices’ provinciales de un modelo que busca recortar, ajustar y achicar: todo lo contrario de lo que se necesita en este territorio», exponen en La Plata.
Por eso, ahora el gobernador buscará subirlos «al ring» y exponer lo que considera la mayor debilidad de sus rivales locales: la falta de un plan para una provincia con un inmenso territorio que habitan 17 millones de personas con múltiples problemáticas.
«Habría que preguntarse si Grindetti o Píparo tienen un solo proyecto o algo para mostrar que le mejore la vida a los bonaerenses: unos vienen a quitarte derechos y los otros no se sabe a qué vienen», cuestionó Kicillof la semana última en Pergamino.
Cerca del gobernador enfatizan que esa ausencia de un programa de la postulante libertaria y del candidato de JxC contrasta «con la obsesión que tiene» el mandatario de «poder terminar las transformaciones que inició en 2019».
«Axel camina la provincia, está presente, es cercano a la gente, da la cara. Es un dirigente que se hace cargo y no esconde los problemas sino que se ocupa personalmente de resolverlos. Conoce el territorio y está en todos lados», describen en el Poder Ejecutivo y ejemplifican: «En cada rincón hay alguien que lo vio en su pueblo, en su barrio, le pudo hablar, tuvo un abrazo o una foto».
Por eso consideran que en este segundo tramo de la campaña es necesario poner de relieve que Kicillof «es el candidato menos casta de toda la oferta» y resaltar aquellos atributos ponderados por la sociedad como «su austeridad, honestidad y sencillez».
Hasta octubre, Kicillof recorrerá dos municipios del conurbano por semana y dos del interior, con cortes de cinta, recorridas por obras y «mateadas» con vecinos; al tiempo en que participará de actos partidarios tradicionales.
En la Casa de Gobierno apuntan en que la clave es que todo el espacio trabaje para traccionar votos «y ayudar a que Sergio Massa entre en el balotaje» que, de concretarse, se llevará a cabo el 19 de noviembre.
«Tiene que quedar claro que es una necesidad que haya un Gobierno nacional que tenga la misma línea que el provincial. No hay proyecto provincial sin proyecto nacional», subrayan.
El eslogan bonaerense continuará siendo «Derecho al Futuro», pero en sus mensajes el gobernador priorizará los ejes temáticos que proyecten una visión de «futuro» en contraste con la «motosierra» que ofrecen desde los demás espacios.
En la provincia no hay segunda vuelta y la contienda se gana por un voto. Por eso, en el equipo de Kicillof pondrán todo el esfuerzo en mejorar la performance de las primarias y garantizar la continuidad en el distrito.