La «droga zombie» deprime el sistema nervioso central, apaga las funciones del cerebro y baja la frecuencia cardíaca y respiratoria, según los expertos.
El consumo de fentanilo en Argentina ha experimentado un alarmante aumento en los últimos años, y la preocupación se centra en el ingreso ilegal de esta droga a través de las fronteras.
El responsable del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, Walter Martello, señala que el control de los puntos de entrada y la colaboración internacional son fundamentales para prevenir la propagación de esta sustancia. En un informe difundido por la Defensoría, se destaca que el fentanilo es hasta 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
Existen dos tipos de fentanilo: el farmacéutico, recetado por médicos para tratar el dolor intenso, y el que se fabrica de manera ilegal. Ambos se consideran opioides sintéticos. Sin embargo, los casos más recientes de sobredosis están vinculados al fentanilo fabricado ilícitamente, el cual se distribuye en mercados ilegales por su efecto similar al de la heroína.
En todo el continente americano se experimentado un aumento en la prevalencia del fentanilo en los últimos años, especialmente en Estados Unidos, Canadá y México. En el caso de Argentina, Martello destaca que nuestro país no es ajeno a esta situación global. Además, menciona que incautaciones recientes en Villa Fraga (Chacarita) demuestran la presencia de esta peligrosa sustancia, que ya provocó una ola de muertes en el Conurbano hace dos años.
Por su parte, el médico toxicólogo y director de Toxicología de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública, Francisco Dadic , advirtió que el fentanilo produce en el cuerpo un “fenómeno sedativo”: “Deprime el sistema nervioso central, apaga las funciones del cerebro, apaga o baja la frecuencia cardíaca, baja la frecuencia respiratoria”. “Es una pausa total, es muy característico de los derivados opioides, en ese caso quedan como en una pausa por el efecto del derivado opioide”, remarcó.