El mandatario rechazó los recortes en educación y transporte, el aumento de retenciones y otras medidas de la fallida Ley Ómnibus.
El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, está a punto de regresar a su provincia después de un viaje relámpago a Buenos Aires. Es el final de una semana signada por los cruces con el presidente Javier Milei, en los que no faltaron las críticas subidas de tono y descalificaciones fuera de tono.
Ahora ratificó sus posiciones en contra de decisiones fundamentales del gobierno nacional pero confía en que el conflicto empiece a desescalar. “Espero que baje los decibeles y se convoque al diálogo. El presidente no va a poder solo”, afirmó el mandatario en diálogo con Infobae.
“Estamos en un momento muy difícil de la Argentina que demanda tener consensos, buscar acuerdos amplios. Estos acuerdos no tienen que ser sólo entre el presidente y un gobernador, sino que tiene que ser con sectores empresariales, del mundo del trabajo, de la educación, la cultura y las instituciones religiosas”, aseguró Martín Llaryora, que asumió el 10 de diciembre y se encontró con una Presidencia dispuesta a aplicar un ajuste draconiano, impiadoso.
“La crisis es muy grande y por momentos no sé si toman dimensión de las dificultades que hay y que día a día se agravan. Hablan de una inflación que es del 20%, que es muy alta, pero nadie habla de la caída en materia de empleo, la caída que hay en las ventas y el cierre de comercio”, continuó el sucesor de Juan Schiaretti, el anterior gobernador de Córdoba, que fue candidato a presidente de la Nación.
“Todos tenemos que ayudar. El presidente Milei no va poder solo. Estoy dispuesto a dejar los insultos de lado y estoy dispuesto a que nos sentemos a dialogar”, reiteró.
El mandatario provincial, que fue intendente de San Francisco y luego de la ciudad Córdoba, protagonizó el contrapunto más agresivo de todos los que tuvo Milei después del rechazo en Diputados de la “Ley Ómnibus”. El enojo se dio por el voto en contra de varios incisos que versaban sobre voluminosas partidas presupuestarias que el líder libertario tenía intenciones de podar. Un imperdonable freno al “plan motosierra”.
“Yo no tengo que pedirle disculpas por nada, si él se auto adjudica la frase, es un problema de él. No estoy en política para resolver problemas psicológicos, que los resuelva en el psicólogo”, respondió este jueves el presidente cuando le preguntaron por sus dichos contra los “traidores” que habían hecho naufragar la “Ley Ómnibus” en la Cámara baja.
La respuesta de Llaryora, en el final del día, buscó desescalar una pelea: “Tengo expectativas, espero que se bajen los decibeles y veo un cambio de actitud en el Gobierno. Estamos abiertos al diálogo y al consenso con el gobierno nacional. Queremos ayudar, pero para eso dependemos que nos convoquen, sabiendo que ante cada cosa que afecte a Córdoba no me voy a quedar callado”.