El 24 de febrero del año en curso se cumplieron 78 años del primer triunfo electoral del entonces Coronel Juan Domingo Perón, que fue ungido presidente de los argentinos en elecciones limpias y trasparentes.
En medio de la oleada de críticas libertarias al movimiento por él fundado, de acusaciones de golpismo y de poco democrático que se le endilgan al peronismo, considero necesario formular algunas precisiones históricas para poner las cosas blanco sobre negro.
Desde los albores de nuestra nacionalidad hubo una puja y un manejo poco democrático de los hombres del poder político en nuestra Patria.
Fue Hipólito Yrigoyen el primer presidente elegido legítimamente por el voto popular -ello posibilitado por la ley Sáenz Peña- derrocado el presidente radical por el golpe militar de 1930, se derivó en lo que acertadamente Arturo Jauretche denominó “Década Infame” a la que puso fin la asonada militar del 4 de junio de 1943 y que luego de distintos avatares, culminó con el evento electoral mencionado en el inicio.
Producida la asonada del 4 de junio, en un primer momento la presidencia fue asumida por el General Rawson, con el General Ramírez como su vice, quien lo sucedió como Presidente ante su renuncia forzada, y a su vez, el General Farrell como su vicepresidente, sucedió a Ramírez ante su renuncia, -también forzada- con el Coronel Perón como su vicepresidente.
A diferencia de sus dos antecesores, aquél 17 de octubre de 1945, cuando bajó del balcón ante un Farrell aterrado por la movilización popular -hasta entonces, jamás vista-, que le preguntó “y ahora que quiere?”, pudiendo ser ungido en ese momento presidente, no lo forzó a renunciar, como habían hecho sus antecesores en la vicepresidencia, solo le pidió que convoque a elecciones libres, lo cual marcó para siempre el comportamiento peronista.
Es decir que Perón inicia aquel 24 de febrero de 1946 que conmemoramos, el segundo ciclo de presidentes legítimamente electos por el voto popular, situación que se mantuvo hasta su derrocamiento en el año 1955 por un golpe militar.
Desde entonces, y hasta el retorno de Perón de su forzado exilio en la década de 1970, todos los gobiernos, incluídos los de Frondizi e Illía, estuvieron deslegitimados por la proscripción del peronismo, situación que recién fue revertida en la elección que resultó ganadora la fórmula Campora/Solano Lima, -ya que a pesar de estar proscripto Juan Perón por una artimaña de Lanusse, ellos representaban al peronismo- y ante su posterior renuncia, resultó electa la formula Perón/Perón.
Así el viejo caudillo hasta estos tiempos, es el único argentino que ha sido electo tres veces presidente de los argentinos.
Fallecido Perón en ejercicio de la presidencia, lo sucedió su viuda, María Estela Martínez de Perón, constituyéndose en la primera mujer que ejerció la presidencia del país.
Sin embargo, a poco andar fue derrocada por la dictadura genocida que tomó el poder en Marzo de 1976 y que se extendió hasta el año 1983 –cuando se vieron forzados a convocar a elecciones tras el estrepitoso fracaso de la irresponsable, aunque legítima aventura de Malvinas-.
En dichos comicios resultó legítimamente electo Raúl Alfonsín, candidato radical que derrotó al candidato peronista Italo Argentino Luder y el peronismo sufrió así su primera derrota electoral presidencial en la historia.
Desde entonces y hasta la actualidad todos los presidentes y legisladores, -como base del principio republicano de gobierno y de la división de poderes que diferencian a los gobiernos republicanos de los autoritarios-, Milei y la actual integración del ambas Cámaras del Congreso Nacional, incluidas, han sido legítimamente designados o electos por el voto popular y esperemos que así se continúe hasta el infinito.
Como se aprecia en esta breve síntesis, el peronismo, desde su surgimiento a partir de la asonada militar del 4 de junio de 1943 fue el único sector político que no llegó al poder por otro medio que el voto popular libre y sin proscripciones, ya que Perón desde un primer momento determinó esta modalidad.
Ahora, como en muchas otras ocasiones de la historia –y pese a ella-, se está acusando al peronismo de conductas nazis, fascistas y antidemocráticas, se están escuchando voces que están tratando de victimizar al gobierno y acusarnos de golpistas, e incluso en algunos medios ya se habla del “club del helicóptero”.
Surge así evidente que quienes son pocos democráticos, son aquellos que demonizan al poder legislativo y endiosan al ejecutivo.
En la primera vuelta de las elecciones nacionales se eligieron legisladores y la fórmula presidencial, y de haberse contabilizado por simple mayoría de votos hubiera resultado electo Sergio Massa, pero, conforme el sistema electoral vigente, no lo fue, porquen se exije que el candidato más votado obtenga una determinada diferencia o porcentaje de votos respecto del segundo, lo que hizo necesario definir la elección en un ballotage entre los dos candidatos más votados, resultando, como sabemos, ganador Milei.
Pero ello no justifica descalificar la conformación de las Cámaras legislativas, electas por voto popular, debiendo gobernarse aceptando las limitaciones de ello derivadas. Lo contrario implicaría la suma del poder público, -repudiado por la Constitución Nacional-, o cuanto menos un autoritarismo contrario a los principios republicanos de gobierno.
A la apología del libre mercado y fundamentalismo libertario del actual presidente y sus seguidores respondo transcribiendo a Perón:
“Mi idea central en materia económica es simple y clara. No he creído nunca que pueda hablarse de una economía patronal y de una economía obrera. Por esto, los problemas que afectan a cualquiera de los distintos grupos sociales no son exclusivos del grupo en que se manifiestan en un momento dado, sino comunes a casi todos los demás. Y tal es la trabazón que entre sí guardan todos los factores que intervienen en la producción, distribución y consumo de la riqueza, que no puede articularse la vida económica de los trabajadores sin tocar los soportes fundamentales de la economía patronal. Ahí está, precisamente, el origen de la disconformidad de los ricos con los métodos usados en beneficio de los pobres, en que vengo sosteniendo que los ricos han de ser menos ricos y los pobres menos pobres. Y lo sostengo y lo aplico porque la experiencia viene dándome continuamente la razón acerca de la verdad de otro axioma que he procurado inculcar a mi Pueblo, formulado así: Una riqueza sin estabilidad social puede ser poderosa, pero será siempre frágil.» Juan Domingo Perón.
Concluyo esta reflexión reiterando el final de la nota de mí autoría en este portal del 18 de diciembre de 2023, publicada luego del triunfo de Javier Milei por considerarla adecuada a las actuales circunstancias:
“Volviendo a Perón que tras ser derrocado en setiembre de 1955, ante la pregunta: “General, que va a hacer para volver al Gobierno?” respondió “Yo no haré nada, todo lo harán mis enemigos”, claro que ello no implicaba y ahora tampoco implica ahora, un llamado al inmovilismo, sino simplemente que hay que manejar los tiempos con prudencia y sabiduría con el corazón caliente y la cabeza fría e interpretar a las generaciones sub cuarenta, que no vivieron el peronismo ni la dictadura genocida y con propuestas peronistas adecuadas a la realidad actual, convocarlas a refundar la patria.”
“Son necesarias actitudes generosas y dejar de lado mezquindades para posibilitar el resurgimiento peronista con la aparición de los liderazgos necesarios a tal fin y sería muy funcional a ello que las autoridades partidarias justicialistas siguieran el ejemplo de Néstor Kirchner en las elecciones del 2009 cumpliendo el principio de nuestro líder: “Primero la patria, luego el movimiento y después los hombres”.”
“En síntesis Volver a Perón y enamorar a un electorado justificadamente descreído.”
* Por Oscar Cuartango, Ex ministro de Trabajo de la Prov. de Buenos Aires. (militante peronista, abogado especializado en temas laborales y municipales, conductor de Grupo Descartes)