Interceptaron un camión con paquetería en la Ruta 9 y detectaron la droga. Realizaron una “entrega controlada”. Hay dos detenidos.
Personal del Escuadrón 55 de Gendarmería Nacional realizaba un operativo de rutina en el puesto de control “Trancas”, ubicado en el kilómetro 1358 de la Ruta Nacional 9, en la provincia de Tucumán. En esa circunstancia, interceptaron la marcha de un camión para registrar los envíos postales de una empresa de paquetería.
Durante el procedimiento, los uniformados observaron a través de la pantalla del scanner de la fuerza de seguridad, la presencia de estupefacientes en seis encomiendas.
El hecho fue informado a las autoridades del Juzgado Federal Nº 1 de Tucumán, quienes ordenaron la apertura de las cajas sospechosas que contenían dispenser de agua.
Al desarmarlos ante la presencia de testigos, los peritos confirmaron que en el interior se ocultaban 30 “ladrillos” con cocaína. Los mismos alcanzaron un peso total de 32,101 kilos de droga.
A través de la documentación y las averiguaciones se estableció que las encomiendas tenían como destino la ciudad santiagueña de Colonia Dora, departamento Avellaneda.
Ante esta situación, el magistrado interviniente ordenó continuar con el itinerario de las cajas bajo la modalidad de “entrega vigilada”, con la finalidad de identificar a los destinatarios.
A partir de ese momento se diagramó un operativo que escoltó el camión hasta Colonia Dora, donde integrantes del Escuadrón de Investigación de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales de Gendarmería de Tucumán y Santiago del Estero, detuvieron a dos personas que se presentaron a retirar las encomiendas cargadas con cocaína.
Durante el procedimiento, los uniformados secuestraron los celulares de los sospechosos, dinero en efectivo, una motocicleta en la que se movilizaban y documentos de interés para avanzar en la investigación.
Tratan de establecer el destino final de la droga, que está valuada en $ 320 millones
Como en la mayoría de estos casos, los narcotraficantes nunca hablan frente al juez durante las indagatorias. Por este motivo, los gendarmes doblegarán los esfuerzos para profundizar la investigación y determinar cuál era el destino final de la cocaína secuestrada y valuada en más de 320 millones de pesos.
Los gendarmes tienen previsto analizar la información de los celulares y otra documentación que tenían los detenidos y concretarán averiguaciones en su entorno. El objetivo es establecer si el estupefaciente era para abastecer al “mercado interno” de Santiago del Estero o iba a ser trasladado a otra provincia, además de identificar a otros eslabones de la cadena de distribución.