La ministra saludó a los primeros refuerzos que llegaron a la ciudad santafesina, luego de una ola de ejecuciones a manos de sicarios; tuvo una agenda frenética; habrá más efectivos en los próximos días.
El primer desembarco de las fuerzas federales en Rosario fue acotado. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, los recibió en una estación de servicio. Había un grupo de la Prefectura, otro de Gendarmería y otro de la PSA. El Ejército no llegó aún y cuando lo haga no podrá intervenir, al menos por ahora. Lo hará con asistencia logística. “Si tenemos que traer a los militares para salvar la vida de cada rosarino lo vamos a hacer, conocemos los límites de la Constitución”, adelantó.
La ministra espera que el Parlamento le dé aval para que el Ejército pueda actuar en el terreno. Hoy, eso está prohibido por la Ley de Seguridad Interior. “Las Fuerzas Armadas están atadas”, advirtió. Y pidió: “Hay que abrirles la puerta. Hay que darles la posibilidad de que actúen”.
El lunes arrancó en Rosario con un feriado forzado. Comercios a medio abrir, colegios cerrados, transporte público parado, remises y taxis no circulan por la noche. Tampoco habrá reabastecimiento de combustible de madrugada. Es un virtual toque de queda, que nadie ordenó, pero que la gente se autoimpuso porque está aterrorizada. Y no es para menos. Hubo cuatro ejecuciones a manos de sicarios, que mataron a civiles a sangre fría.
En ese marco, Bullrich se mostró esta tarde junto a un pequeño contingente de efectivos de Prefectura y Gendarmería en la Ruta 9. La excandidata a presidenta anticipó que el resto de los agentes se hará presente en Santa Fe los próximos días. Hasta el momento, solo 200 de los 450 efectivos dispuestos a viajar a Rosario están en el terreno. Se sumarán a los 1500 ya preexistentes. “El Ejército aportará en logística. Traerá helicópteros, autos y elementos de comunicación”, aclaró más adelante.
Sobre el operativo antinarco que lleva a cabo el Ministerio de Seguridad en concordancia con el Ejecutivo nacional y el gobierno de Maximiliano Pullaro, detalló: “Estamos trabajando con inteligencia criminal para seguir el árbol genealógico de todas las bandas criminales de Rosario y atacar a las líneas que quedaron en libertad. Queremos disolver este problema. Vamos a llegar a todos, desarmarlos y rápidamente recuperar el territorio”.