El Presidente se enfoca en el Pacto de Mayo y enfría un acuerdo integral con el PRO

El Presidente se enfoca en el Pacto de Mayo y enfría un acuerdo integral con el PRO

A pesar del apoyo que tuvieron para la ley Bases, en la Casa Rosada postergan hasta el año que viene cualquier definición sobre una alianza.

“En La Libertad Avanza somos tan estrictos para castigar como para premiar”, dijo un estrecho colaborador de Javier Milei para explicar los elogios que les prodigó el jefe de Estado el martes a los dos diputados nacionales de PRO que se arremangaron en las negociaciones por la Ley Bases y ayudaron a sacar la media sanción. Cristian Ritondo y Silvia Lospenatto fueron los “bendecidos” por esos retuits, que tuvieron su correlato en mensajes en privado de referentes de peso de LLA. Sin embargo, en el Gobierno advirtieron que el esmerado acompañamiento a la ley más importante para el oficialismo no implica que se acelere el acuerdo integral que esperaba la fuerza aliada. Por ahora, la prioridad del Gobierno, además del debate en el Congreso, es el Pacto de Mayo, donde buena parte de los invitados serán sus socios amarillos, pero no serán los únicos.

Al contrario, publica Infobae, aún después del triunfo en la Cámara baja y de cara a la apretada votación en el Senado, los libertarios enfrían el tema, se reservan la decisión sobre un pacto para “más adelante” y hablan, inclusive, de mayo del año que viene. “En una elección legislativa lo único que interesa es conseguir más bancas. Hay que ver qué nos conviene en términos estratégicos”, deslizó un importante asesor presidencial. “Quizá lo mejor no sea ir juntos, sino separados, para tener más diputados. No tendría que haber problema si hay coincidencia en las ideas”, agregó.

El año que viene la Cámara baja renueva la mitad de los diputados y los estrategas de Milei dicen que la clave será leer bien las encuestas de opinión y el posible impacto en la conformación de las bancadas según en el sistema D’Hont, el complejo método matemático que se aplica para determinar la asignación de escaños según la proporción de sufragios. En la cúpula de LLA argumentan que con dos listas aliadas podrían perforar el techo de asientos que sufrirían si fueran unidos en una coalición.

La estrategia electoral de división de fuerzas con ideas similares tiene doble filo, pero los libertarios están convencidos de que la economía mejorará lo suficiente como para que se sostenga la imagen positiva de Milei. Y que, por consecuencia, no necesitarán a sus socios. Si bien admiten una cuota de incertidumbre sobre el rumbo de la gestión y no cierran las puertas a un acuerdo, de alguna manera consideran a sus socios como suplentes y postergan cualquier decisión a pesar de los insistentes pedidos que vienen deslizando por lo bajo sus aliados.

La paciencia, del otro lado, parece estar acabándose. Además del enfriamiento en la relación con Mauricio Macri a partir de la designación del juez Ariel Lijo y por las burlas del Presidente a algunos de sus alfiles en la cena de la fundación Libertad, en PRO algunos resienten la ausencia de señales más contundentes de parte del Gobierno, y esta semana, después del fuerte respaldo en Diputados, mostraron banderas rojas sobre el devenir de la relación política.

El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, decidido a rediscutir la identidad de PRO e incómodo por la tardanza del Ejecutivo para devolverle los fondos coparticipables que Alberto Fernández le quitó a la Ciudad, advirtió esta semana que su partido “no es parte de este gobierno”. La frase, que resonó en ambos espacios, fue un distanciamiento velado de Milei, pero también un tiro por elevación a Patricia Bullrich, ministra de Seguridad nacional que está a punto de dejarle la presidencia del partido a Mauricio Macri y con quien ya había marcado diferencias por la gestión del área. El viernes, para distender los ánimos, el alcalde y la ministra se mostraron juntos en un acto en la Ciudad, pero el belicoso mensaje del primo de Mauricio había llegado a las filas mileistas y bullrichistas.

En PRO hay quienes creen que las alabanzas de Milei a las espadas legislativas de PRO fueron más para seducirlos y garantizarse su experimentada ayuda que para augurar un pacto formal. Una de las destinatarias, Lospennato, advirtió que PRO y La Libertad Avanza “no son un mismo partido político” y deslizó que “el PRO está reforzando su propia identidad”. “Que nos fagocitara otra fuerza política sería cambiar nuestras convicciones, (…) cuando sintamos que nuestros valores se ven afectados, lo vamos a decir”, dijo. Y fue más enfática de cara al futuro de la relación: “El apoyo de PRO va a ser proyecto por proyecto”.

En Gobierno tomaron con liviandad las advertencias sobre el respaldo a las “3000″ leyes que Milei tiene planeado impulsar en el segundo semestre. “Si piensan como nosotros, tienen la misma agenda. No hay margen para votarnos en contra”, se confió un funcionario nacional.

En voz baja, los libertarios admiten que la prioridad es conservar la independencia libertaria, pero los armadores más experimentados no están seguros de que sea posible. El gran problema de LLA es la falta de cuadros políticos, y si bien los propulsores de la estrategia de las dos listas le restan importancia a esa dificultad -”En un año los conseguimos, hay tiempo”, se confían-, otros se muestran más inseguros. “No hay forma”, dijo, directo, un funcionario que oficia de armador, y se mostró a favor de un acuerdo con PRO que “se dé naturalmente”.

Además, los libertarios correrán con la desventaja de que Milei, el principal activo del oficialismo, no podrá figurar en la boleta, lo cual podría representar una merma en la adhesión local, como ocurrió en todas las elecciones provinciales en 2023. Para saltar ese obstáculo, Karina Milei dedica largas horas y viajes relámpago al interior para crear y formalizar el partido LLA en la mayor parte posible de los distritos. Busca asegurarse de que, al menos, aparezca el sello que representa al Presidente. Aunque no es seguro si resultará suficiente para que el electorado asocie a los candidatos locales libertarios con él.

Por lo pronto, más que en “pagarles” a sus aliados, el primer mandatario se enfoca en la escenificación de poder que ensayará en el acto del 25 para la firma del Pacto de Mayo, que se concretará sea cual fuere el resultado de la votación por la ley Bases en el Congreso. Entre los convocados, según había dicho en la Asamblea Legislativa, además de los gobernadores, habría ex presidentes y líderes partidarios. Así que Mauricio Macri, que últimamente se encuentra de viaje muy seguido, aparecerá en la lista de invitados por doble partida. A pesar de la frialdad en el vínculo, el ex presidente ya avisó que estará presente.

Compartir