Los policías de Misiones tendrían que ser robots con actualizaciones

Los policías de Misiones tendrían que ser robots con actualizaciones

«La policía no puede hacer huelga, tiene que trabajar 24 por 7 por 365», proclamó con firmeza una Ministra de Seguridad de la Nación, lanzando al olvido cualquier noción de derechos laborales básicos o fatiga humana.

En un sorprendente acto de realismo «mágico» político, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich ha dejado claro que la policía argentina no es humana, sino una especie de superhéroe robótico, a lo Robocop, que no necesita descanso ni derechos laborales. «La policía no puede hacer huelga, tiene que trabajar 24 por 7 por 365», proclamó con firmeza, lanzando al olvido cualquier noción de derechos laborales básicos o fatiga humana.

La indignación de Bullrich se centró en los efectivos policiales de Misiones, quienes osaron reclamar por salarios dignos a través de protestas. «Deben buscar otros canales para conseguir su salario», aconsejó la ministra, quizás sugiriendo que la venta de empanadas en la esquina o la organización de rifas podrían ser alternativas viables.

La rebelión de los humanos

En medio de una crisis económica que ha llevado a las calles a docentes, empleados públicos y productores yerbateros, los policías misioneros decidieron que ya era suficiente. Pero para Bullrich, su acto de sublevación es «inadmisible» y «fuera de la ley«. «La policía no puede ser piquetera«, sentenció, como si estuviera hablando de un ejército de androides rebeldes que olvidaron su programación.

Para asegurar el «orden» en las ciudades afectadas, Bullrich no dudó en desplegar fuerzas federales, porque nada dice «seguridad» como reemplazar a policías locales con agentes externos en un intento de sofocar la disidencia.

La realidad alternativa

Con una tranquilidad que solo podría envidiar un yogui en plena meditación, Bullrich aseguró que «más del 90% de la policía no está en huelga» y que «no hay ningún efecto contagio» en otras provincias. Según su visión, todo está bajo control y cualquier manifestación de descontento es simplemente «una proclama pequeña de un grupo de retirados en Corrientes que no tienen peso ni poder«.

La ministra parece vivir en una realidad paralela donde los problemas se solucionan con la negación, donde hay salarios dignos y, que encima, alcanza para llegar a fin de mes en medio de las políticas de ajuste que su Gobierno implementó. Mientras tanto, en el mundo real, los policías y otros trabajadores siguen enfrentando salarios bajos y condiciones de trabajo difíciles, sin poder recurrir a huelgas o protestas sin ser considerados fuera de la ley.

El futuro, según Bullrich

En un futuro ideal para Bullrich, los policías trabajarían sin descanso, sin sindicato y sin derecho a huelga, porque, como argumentó con lógica implacable: «Si la policía hace huelga, los ladrones van todos a la calle». Parece que en su visión, los derechos laborales y las necesidades humanas son una amenaza directa a la seguridad pública.

Tranquila ministra, si las medidas de su Gobierno siguen así, hasta los malvivientes se van a sumar a las huelgas.

Quizás la próxima propuesta de la ministra sea dotar a los policías de baterías recargables y software de actualización para que puedan seguir trabajando indefinidamente, sin la molesta interferencia de las necesidades humanas básicas. Todo un lujo.

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