El segundo semestre será ajustado para las cuentas de la entidad monetaria, que enfrentará a partir del lunes los meses más duros, con salida de divisas por pagos de deuda e importación de energía.
Tras la suba del dólar que pareció encontrar techo durante los últimos días de la semana y el reacomodamiento del resto de los precios de los activos locales tras digerir el impacto negativo del anuncio de hace 10 días de las autoridades económicas, una pregunta se impone en el mercado: cómo será el derrotero de las reservas del Banco Central, habida cuenta de que ya quedó más que claro que el cepo podrá tener flexibilizaciones graduales, pero seguirá vigente al menos durante varios meses más.
La pregunta puede encontrar otra forma basada en el ingreso de divisas: de dónde podrá surgir la oferta de dólares en el segundo semestre si el BCRA y su presidente, Santiago Bausili, ya empezaron a atravesar penurias sobre el fin del segundo trimestre, aun cuando el campo liquidó volúmenes dentro de los parámetros de los últimos años.
Lo primero, en cualquier caso, es analizar la ventanilla de salida de dólares. La semana arrancará con el pago de los bonos reestructurados con vencimiento el martes 9, son unos USD 2.550 millones, lo que sin dudas impactará en las reservas. Sin embargo, el efecto será parcial, publica Infobae.
En principio, una parte, aunque menor, está en manos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses, por lo que son dólares que permanecen en el sistema. Son apenas USD 300 millones, según dijo el economista Fernando Marull. Una cifra tres veces superior, en tanto, USD 900 millones, está en manos de acreedores locales, lo cual también podría minimizar el impacto en las reservas del Central e incluso podría contribuir a calmar cotizaciones.
Los USD 1.300 millones restantes, en tanto, serán pagados a acreedores no residentes y es esa cifra la que hará notar la variación. Una semana más tarde, se deberá desembolsar USD 645 millones para pagar un vencimiento de capital con el FMI y en lo que queda del mes unos USD 300 millones a otros organismos multilaterales.
La cuenta del mes asciende a USD 3.600 millones, aun cuando ese monto no se refleje en pérdida de reservas en su totalidad. También en agosto habrá pagos, aunque por una cifra que no llega a los USD 1.500 millones.
En tren de calcular la salida de dólares, es clave destacar que los pagos de importación de energía, ante las bajas temperaturas que se registran desde hace varios días y que persistirán, también presionan sobre las cuentas del BCRA aunque, vale aclarar, es probable que esa flujo se revierta en los meses siguientes si cede el frío. En el Central siguen atentos al Servicio Nacional de Meteorología.
Precisamente, las exportaciones de energía podrían contribuir, a partir de septiembre, a revertir el duro resultado que se espera para el BCRA en los próximos meses.
De hecho, en los primeros cinco meses del año, la balanza energética fue superavitaria en USD 2.400 millones y se prevé que hacia fin de año podría alcanzar incluso los USD 4.000 millones, lo que indefectiblemente implicará un ingreso neto de divisas cuando pase lo peor del invierno.
La energía, además, es uno de los sectores en los que las compañías tienen proyectos de inversión con la tinta fresca, a la espera de la reglamentación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Se sabe, ese proceso puede demorar hasta dos meses, pero sin dudas contribuiría, aunque a cuentagotas este año, a aportar algunos dólares.
En el mismo trámite, el de la reglamentación, se cuenta el impacto que se prevé del blanqueo. Aunque eventualmente el efecto será mayormente fiscal, se espera también algún aporte en moneda dura, con plazos mucho más inmediatos que los del RIGI.
La mira en el campo
Sin embargo, la verdadera apuesta del Gobierno para sortear la escasez de dólares hacia fin de año es, como siempre, al campo.
La cuenta de cuánto liquidó y cuánto le queda por aportar tiene muchos bemoles. A simple vista, este año el agro liquidó en el primer semestre unos USD 11.647 millones, una cifra menor a la del mismo período del año pasado, cuando la cosecha estuvo fuertemente impactada por la sequía.
Claro que, a esa cifra, aporta el economista de Cohen, Martín Polo, hay que sumarle el 20% que ingresa a través del CCL, con lo que la liquidación totalizó unos USD 14.558 millones.
Por efecto precios, esa cifra es mayor a la de 2018, 2019 y 2020 pero mucho menor a la de 2021 y 2022. Lo concreto es que en el equipo económico están convencidos que despejadas las expectativas de una devaluación y también del levantamiento del cepo antes de fin de año, los productores acelerarán ventas que ahora tienen demoradas para reiniciar el proceso productivo, lo que redundaría en un mayor ingreso de dólares después de agosto.