Abordaron el manejo de conductas y la prevención del bullying, entre otros temas. Sucedió en el Fórum Centro de Convenciones.
Público en general, en su mayoría docentes y estudiantes, concurrieron ayer al cierre del evento “Transformar el aula: manejo de conductas y prevención del bullying”, realizado en el Fórum Centro de Convenciones.
La propuesta, que comenzó el viernes pasado, fue impulsada desde el colegio Belén, perteneciente a la Congregación de la Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, pero con adhesión de demás instituciones educativas.
Alejo Merker, licenciado en Psicología, fue uno de los disertantes (la otra fue María Zysman). “Estoy muy satisfecho y agradecido por haber sido parte de estas jornadas. Hemos trabajado con el objetivo de estimular conductas de cuidados y reflexionar sobre las prácticas pedagógicas y el impacto que tienen en la formación de niños y adolescentes”, expresó, en diálogo con el equipo de Nuevo Diario.
Los temas tratados por Merker fueron: “Gestión emocional en la adolescencia”, “Conductas de cuidado para familias”, “Gestión conductual de alumnos”, entre otros; mientras que Zysman abordó: “¿Qué es el bullying?”, “Ciberbullying. ¿Qué siente un niño o adolescente hostigado?”, entre otros.
“Juntarnos (los docentes) nos permite reflexionar para no sentirnos tan solos”, señaló el licenciado, quien aseguró que “siempre es rico poder intercambiar estrategias, poder equivocarnos juntos y poder reconocer qué recursos están disponibles para llevar a cabo mejor nuestro trabajo”.
Vale mencionar que esta iniciativa fue declarada de interés por parte de la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia.
“Cuando pensamos en la posibilidad de un alumno adolescente emocionalmente competente, debemos atender a que haya un docente que sea emocionalmente competente: es importante trabajar sobre el bienestar docente, una temática muy compleja pero urgente en los momentos actuales”, indicó el entrevistado, quien, por último, recomendó “reconocernos como seres humanos, no confundir la vocación con un mandato que entra en contradicción con el cuidarnos, con el respetarnos, con el valorarnos y, sobre todo, con el entender que siempre está habilitada la posibilidad de pedir ayuda”.