Formaron parte de la Fuerza Aérea durante el conflicto bélico de 1982.
En un emotivo encuentro realizado ayer en Villa Zanjón, el presidente del grupo Malvinizadores de Santiago del Estero, Rubén Abalos Aliaga, recibió la visita de dos veteranas de guerra de las Islas Malvinas, quienes formaron parte de la Fuerza Aérea como enfermeras durante el conflicto bélico de 1982. El encuentro, organizado por la asociación, tuvo como objetivo rendir homenaje a estas mujeres que cumplieron un rol fundamental en la atención de los heridos de guerra, así como anunciar la creación de una plaza y calles en la localidad de Villa San Juan que llevarán nombres en honor a los veteranos de la guerra.
El presidente del grupo expresó su agradecimiento por la visita de las enfermeras, destacando la importante labor que cumplieron en el hospital reubicable en Comodoro Rivadavia. “La profesión de enfermera nos habla de sacrificio y responsabilidad, y estas mujeres han demostrado su compromiso en momentos tan difíciles. Además de esta visita especial, tenemos la grata noticia de que en Villa San Juan se inaugurará una plaza en homenaje a los héroes de Malvinas, así como calles y pasajes que llevarán nombres de veteranos de guerra”, expresó emocionado.
La jornada contó con presencia de diferentes autoridades gubernamentales de la zona, quienes anunciaron a la comunidad la creación de una plazoleta en la localidad de Villa Zanjón con el nombre de uno de los excombatientes santiagueños, como así también comentaron sobre el nuevo nombramiento de calles de la localidad como la de Malvinas Argentinas y Veteranos.
“Nos tocó recibir a los heridos, siendo nosotras también muy jóvenes”
Las protagonistas de este encuentro, la suboficial mayor retirada Ana María Masitto y la suboficial principal retirada Elda Beatriz Solohaga, compartieron con los presentes sus vivencias durante el conflicto bélico.
“Estamos muy agradecidas por el recibimiento. En 1982, nos trasladaron a Comodoro Rivadavia, donde se armó el hospital reubicable en el aeropuerto. Ahí atendimos a los heridos que llegaban en aviones, especialmente de madrugada. El hospital contaba con quirófanos, odontología y todo lo necesario para las primeras atenciones”, relató Masito, quien también destacó el orgullo que siente por haber servido a su país en un momento tan crítico.
Por su parte, Solohaga, quien trabajó junto a Masito en la atención y traslado de heridos, compartió su experiencia: “Nos tocó recibir a los heridos jóvenes, y siendo nosotras también tan jóvenes, fue un impacto muy grande. Tuvimos nuestra primera experiencia viendo pies trinchera y heridas de guerra. Tratamos de dar lo mejor de nosotras, tanto en lo físico como en lo emocional, para calmar sus dolencias. Después de cuarenta años, recién comenzamos a recibir reconocimiento. Ha sido una lucha constante, que seguimos peleando a nivel judicial para ser reconocidas formalmente”.