La gestión de Milei no convence en el país ni en el exterior.
Afines de 2022, en el marco del Gobierno anterior, se firmó el Memorándum de entendimiento entre el Gobierno de la Nación y la petrolera malaya Petronas que permitiría una importante inversión en el país.
La intención era construir una nueva planta en la Argentina con una inversión multimillonaria de 30 mil millones de dólares.
Desde el actual Gobierno nacional, encabezado por Javier Milei la confianza era plena, ya que se trataría de la inversión «más importante de la historia»; a la que además se le daría los beneficios del RIGI, aprobados en la Ley Bases.
Sin embargo, los vaivenes de la economía argentina son los que generan que lo acordado quede solamente en ilusiones.
En el proceso de contractualización con YPF, la petrolera malaya exigía garantías. Lógico en un país con restricciones cambiarias y volatilidad impositiva. Para eso el gobierno anterior impulsó fervorosamente el marco regulatorio del GNL.
Ello hace que Petronas decida no invertir, porque el país en estos momentos no le genera confianza.
«A los malayos le prometimos una ley y no pasamos de la media sanción en Diputados. Entonces fuimos con un decreto hecho a medida y las cosas se empezaron a destrabar. Esto del RIGI fue otro borrón y cuenta nueva», contó a LPO un exfuncionario de la gestión kirchnerista.
Una vez que se aprobó el RIGI, firme el aval para el inversor, la historia continúo con la disputa por la localización del puerto. «Fue un papelón internacional. En el proyecto original entre YPF y Petronas, el puerto siempre fue el de Bahía Blanca. La modificación fue una decisión política contra la provincia de Buenos Aires y lo dijo con todas las letras el Presidente» consideró la fuente consultada que agregó que «se trata de un grado de irresponsabilidad muy grande, porque YPF quedo subordinada a la decisión del gobierno quedando expuesta en la causa por la estatización donde los buitres piden los activos de la petrolera» concluyó.
Petronas, una de las principales compañías públicas de hidrocarburos del mundo, compite de igual a igual con varios reconocidos gigantes del sector como Shell. El entendimiento tácito era que, una vez establecidos los marcos normativos, la compañía traía los dólares.
Resulta que no. Petronas decidió en julio no poner ni un dólar. El rol de la petrolera estatal malaya en la sociedad con YPF viró a aportar su experiencia en el desarrollo del GNL. Para YPF fue un balde de agua fría. Pero Marin, como propuso salir conseguir un préstamo de un pool de bancos entre ambas compañías. Pero la relación de argentina con lo fondos internacionales aún gatea.
El tema es cómo la ven los inversores. «El proyecto requiere mucho más que un régimen de incentivo a las inversiones. Sea el nacional o el bonaerense. El financiamiento internacional depende del riesgo país, de la estabilidad política, y Argentina tiene muchas señales pendientes en ese sentido», dijo a LPO una fuente de Wall Street.
Otro analista consultado aportó una interpretación peculiar sobre el retiro de Petronas «Una fantástica colección de incomprobables que soslayan un dato crucial para Malasia: la Argentina está alineada con Israel. No hay país del sudeste asiático más militante en contra del estadio judío. Ante semejante festival de versiones, ¿la política interna malasia pasa desapercibida? Si vamos a disparar versiones como ametralladora, falta este dato crucial» expresó la fuente.
En rigor, el proyecto de GNL se humifica paulatinamente y desde hace rato. Fuentes de Petronas confirmaron a LPO que no dejan de estar «sorprendidos». Bajo la óptica malaya resulta inconcebible los vuelcos de la dinámica política argentina.