Ninguna de las pistas analizadas para encontrar al chico desaparecido en Corrientes llevó a un resultado. No se pidió rescate ni se solicitó la recompensa de $5 millones por datos de su paradero.
Loan Danilo Peña, de 5 años, desapareció el 13 de junio pasado en el paraje Algarrobal de Corrientes. “¿Dónde está?”, esa es la pregunta que se repite sin respuestas hace 100 días. Hay siete detenidos vinculados a la familia del chico, con otros diez sospechosos bajo arresto por obstruir la investigación. Hubo más de 4 mil llamados a la línea 134 del Ministerio de Seguridad para reportar información de personas desaparecidas. Ninguno indicó una línea seria: todo lleva a un gran agujero negro.
“No hay nada que asegure un resultado. La búsqueda continúa, se ha rastrillado todo, se ha seguido cada dato al 134, la mayoría descabellados, pero sin obtener algo certero”, resumen los investigadores. Entre líneas, dejan en claro que el horizonte de la búsqueda de Loan es al menos oscuro. “Llama la atención que no se haya pedido rescate. Tampoco se reclamó la recompensa y que no hay datos del niño fuera del país”, enumeran.
Por lo pronto, los investigadores tienen la certeza de que Loan no abandonó por sus propios medios ese 13 de junio el terreno entre la casa de su abuela Catalina, a donde fue a comer junto al papá José el día de su desaparición, y el naranjal donde lo vieron por última vez.
También están convencidos de que entre los siete detenidos principales estarían los responsables de la sustracción y ocultamiento del menor, la calificación legal en la causa a cargo de la jueza federal de Goya, Cristina Pozzer Penzo, donde intervienen los fiscales de la PROTEX, Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, y el fiscal federal Mariano de Guzmán; más las fuerzas federales, encabezadas por la Policía Federal.
El 13 de junio pasado, Loan fue con su papá José de sorpresa a la casa de su abuela Catalina.. Allí, almorzaron junto a su tía Laudelina Peña, que estaba con su pareja Antonio Benítez y sus tres hijos: Macarena y dos menores de edad; además de su prima política, Camila Núñez, quien había llevado a su nena. También estaba el matrimonio de Mónica Millapi y Daniel ‘Fierrito’ Ramírez, y el de la ex funcionaria María Victoria Caillava y el capitán de navío retirado Carlos Pérez.
Cuando terminó el almuerzo, Benítez, Caillava y Ramírez fueron a juntar naranjas junto a Loan y los otros cinco niños. Según declararon Caillava y Ramírez, ellos se distrajeron hablando por teléfono porque el hermano de Ramírez estaba internado. Los chicos presentes en el almuerzo dijeron en la primera Cámara Gesell que Loan quiso volver con su papá y se fue. Su tío aseguró que, cuando se dio vuelta, Loan había desaparecido.
Enseguida, siempre según su relato, llamó a su mujer para avisarle.
Pérez y Caillava que se fueron porque iban a ver un partido. El resto de los adultos, según declararon, salieron a buscar al chico. Loan no apareció y el comisario Walter Maciel tomó el caso.
Al otro día apareció un botín del niño plantado en el barro cercano al naranjal. Días después, en medio de un escándalo local y nacional, la causa pasó de la Justicia correntina a la federal, ante la sospecha de un caso de trata de personas.
Luego, se supo a comienzos de julio que Laudelina estuvo supuestamente involucrada en la maniobra de plantar el botín de Loan para despistar a los investigadores. La detención de la tía se convirtió en un punto de quiebre. “Esa mujer o es muy perversa o es muy idiota. No tengo forma de entender”, se sorprende hasta hoy un investigador clave en el expediente. El comisario Maciel fue acusado de encubrimiento.
Así, la historia continúa, sin respuestas. Laudelina Benítez, Millapi, Ramírez, Caillava Pérez y Maciel siguen presos en penales federales en Salta, Chaco y la provincia de Buenos Aires. En todo este tiempo, ninguno ha pedido salir de la cárcel. Ninguno, por otra parte, dio un dato certero para encontrar a Loan vivo, o a sus restos, o siquiera dijo algo convincente sobre qué hicieron con él.
Mientras tanto, la jueza Pozzer Penzo encuentra una esperanza para avanzar en la causa conexa que terminó la semana pasada con diez detenidos acusados de obstruir el expediente principal de la desaparición de Loan, con abogados y psicólogos vinculados a la Fundación Lucio Dupuy y figuras misteriosas como Nicolás Soria, alias “El Americano”, que aseguraba “ser de Interpol” pero era un hombre de Wilde dedicado, en los papeles, al negocio del despacho de aduanas.
Así, los acusados pasaron varias semanas en Goya involucrándose en la trama, nucleándose alrededor de un hotel, donde los tres chicos del naranjal fueron supuestamente retenidos.
“Fue muy rara la participación de esta gente”, asegura otra fuente clave en el caso sobre la participación de los jugadores la Fundación Dupuy: “Cerraron todo un hotel para ellos, supuestamente alguien se los pagó. Se tiraban contra hipótesis en la causa, buscaban direccionar al lado de la trata”.
Delfina Taborda, una abogada de 22 años, también se encuentra entre las detenidas. Tuvo algunas horas de vuelo mediático en el primer mes del caso, cuando se presentó como abogada de Camila, hija de Laudelina y prima de Loan. Participó en rastrillajes en el naranjal y dio entrevistas en televisión.
“Están tapando cosas grandes”, aseguraba, en medio de relatos inverosímiles de ventas de bebés: “Me llegan un montón de llamados por trata”. Aseguró, también, haber sufrido “aprietes”, con un disparo en el hotel investigado y una “camioneta parada”. “Queremos ayudar todo lo posible”, dijo luego, mientras era elogiada por referentes políticos en redes sociales, que creían en su relato. “Se está plantando a la trata”, decía uno de estos referentes.
La Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA los arrestó a fines de la semana pasada por supuestamente operar a testigos, entre ellos, los chicos que estaban presentes en el almuerzo. Los delitos que se les imputan son los de atentado y resistencia a la autoridad, falso testimonio agravado por la finalidad en concurso real con estafa calificada, violación de medios de prueba, violación de secreto profesional, encubrimiento agravado y, lo más irónico y grave de todo, privación ilegítima de la libertad en perjuicio de tres menores.
Por qué entorpecieron la búsqueda de Loan, si es que son culpables, también es un misterio.
Mientras tanto, la familia de Loan, representados por el abogado Roberto Méndez, insiste con nuevos pedidos y medidas de prueba para hallar a su hijo. Buscan que el área de Ciberdelitos de la Policía Federal, que analizó los contenidos de los celulares del caso, se encargue de revisar cualquier denuncia que ha llegado a la línea 134.
Además, solicitaron un rastrillaje con buzos en un espejo de agua en el que no se pudo trabajar en profundidad debido a la fauna presente allí, para descartarlo como se ha hecho con cada pista que, hasta ahora, 100 días después, no ha llevado a responder dónde está Loan.
Fuente: infobae.com