Los mesaderistas recalculan estrategias confiando en que el ministro cumplirá con los pagos de deuda gracias a los fondos que recaudó. Aunque aún hay dudas. Los resultados de la gira por EEUU.
Jornadas movidas en todo el mundo, con epicentro en Washington por las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que obviamente acaparan sobre todo la atención del mercado local a raíz de las especulaciones sobre el “famoso” REPO y un nuevo acuerdo con el organismo presidido por Kristalina Georgieva, donde la cumbre del Institute of International Finance (IIF) concentró el interés del mundillo financiero mundial.
Sin embargo, del otro lado del Atlántico, la cumbre de los BRICS, casi opacó a la tradicional reunión anual de los organismos financieros internacionales, que absorbió el interés de la política global. Un banquero de inversión que prefirió ir a la reunión de Kazán le señaló a colegas, reunidos en el Distrito de Columbia, que “lo que viene” se estuvo cocinando en la ciudad rusa a la espera de quién gane la elección en EEUU y les recordó que los nuevos BRICS ampliados representan casi el 45% de la población mundial y el 35% del PBI global, y como si fuera poco, para entender lo que se perfila en este bloque, destacó que con la incorporación de Irán y los Emiratos Árabes Unidos, los BRICS aumentaron su producción combinada de petróleo en casi un 50% y ahora representa casi el 30% de la producción mundial de crudo.
Comentó además a nivel geopolítico, un tema que roza a la Argentina: los analistas internacionales presentes advertían que si bien la neutralidad geopolítica de Brasil a menudo decepciona a Occidente también abre nuevas oportunidades para Europa, porque consideran que a medida que cambia la dinámica de poder mundial, la postura equilibrada de Brasil podría convertirse en un activo estratégico para las empresas europeas. La cuestión es cómo influirá esta neutralidad en el futuro de las relaciones económicas europeas con Brasil, a lo que opinaron que ahora parece que el acuerdo UE-Mercosur cobra aún más importancia en este contexto.
Mucha información y muchos gestos, sobre todo, entre los líderes del bloque, más allá del anfitrión ruso Putin. Mientras tanto, a nivel local los inversores criollos y extranjeros se mostraron casi eufóricos con las nuevas declaraciones del ministro Caputo sobre el REPO, y en segundo plano por ciertos avances con el Fondo. De ahí las subas de los bonos argentinos apostando a que el equipo económico tendrá los fondos para afrontar los vencimientos del primer semestre del 2025, o por lo menos, del primer trimestre. O sea, según un experto operador de renta fija emergente conocido como “el oso”, el mercado reaccionó asumiendo que los créditos que consiguió el “Toto” serán para pagar la deuda. Claro que también, otro colega vinculado a una señera financiera reconocía que lo visto en octubre cambió el clima e incluso los pronósticos de los próximos meses, en referencia a las sorpresivas compras de dólares del Banco Central (BCRA), cuando todos esperaban lo contrario, al mantenimiento del superávit fiscal y la desaceleración inflacionaria.
Este cóctel, de buenas noticias y datos, provocaron un recálculo de los escenarios hasta las elecciones. En buen romance, lo que se comenta entre los mesadineristas es que gran parte del mercado pasó de un escenario de ajuste del tipo de cambio en el corto plazo, de una inflación que no bajaba del 4% mensual a una situación mucho más relajada en ese contexto, un programa que va cerrando con sus riesgos, y en tal sentido, ahora ponen foco en el nivel de actividad y del empleo, por su efecto sobre “la calle” y el apoyo de la gente al ajuste y la recesión. A lo que un avezado consultor se preguntó irónicamente, si el superávit fiscal al fin de cuentas era posible porque la gente lo convalidaba o porque era un tema innegociable del Gobierno, como sostienen en la Rosada. Veremos.
En los pasillos del Fondo y del IIF se comentaba sobre las declaraciones de Caputo, que inyectaron optimismo en el mercado de bonos, pero se advertía que, por ahora, eran solo nuevamente promesas, no hubo ningún dato concreto ni del REPO ni de los préstamos del BID y BM, su duración y detalle.
Expectativa por las elecciones en EEUU
Mucho cruce entre los pocos que se fueron a participar de las cumbres en Washington y los que se quedaron en la city porteña. Se habló bastante del repunte de los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU. La lectura que hicieron es que se debe a menores expectativas de un aterrizaje forzoso, aunque no obstante, persiste en el mercado la expectativa de más recortes de tasas.
La Fed procedería con más cautela tras su primer recorte de 50 puntos lo que se refleja en los mercados tras el aumento en los rendimientos a mediano y largo plazo. Al respecto, se estima que un 75% del reciente aumento de los rendimientos nominales puede atribuirse al alza en los rendimientos reales y el resto a mayor compensación por inflación. Además, destacan que la prima por plazo subió a un máximo de 2024 sugiriendo que la incertidumbre en torno a las elecciones presidenciales también está detrás del aumento en los rendimientos reales.
Los que monitorean el mercado de futuros comentaron que ahora anticipa no más de seis bajas de 25 puntos, versus unas ocho el mes pasado, de ahora y hasta fines de 2025. En síntesis, la opinión generalizada es que los inversores esperan que la economía se fortalezca en el futuro, por lo que la Fed podría tener que reducir las tasas a un ritmo más lento.
Pero, hay otras dos señales que el mercado de bonos podría estar enviando, según un ex FMI hoy director de bancos internacionales: el aumento de las tasas en el extremo largo de la curva podría indicar que los inversores están preocupados por una mayor inflación de precios a largo plazo, de modo que cuando aumentan las expectativas de inflación, los inversores exigen mayores rendimientos de los bonos para compensar la depreciación del dólar; y por otro lado, el aumento de los rendimientos de los bonos podría indicar una disminución de la demanda de deuda estadounidense.
Hay que recordar que los rendimientos de los bonos están inversamente correlacionados con los precios de los bonos, cuando la demanda de bonos del Tesoro disminuye, los precios caen y los rendimientos suben para atraer a más compradores al mercado.
Cualquiera sea la causa, el aumento de los rendimientos de los bonos es un gran problema para el Gobierno mientras intenta financiar los crecientes déficits presupuestarios federales (en 2023 pagó 1,13 billones de dólares de intereses superando el gasto en defensa nacional o por Medicare). Y ahondó en la explicación: en las operaciones de flexibilización cuantitativa, la Fed compra bonos del Tesoro en el mercado abierto, esta mayor demanda (artificial) impulsa los precios de los bonos al alza y ejerce una presión a la baja sobre los rendimientos, siendo un escenario ideal para el Gobierno que necesita toda la ayuda que pueda conseguir para facilitar su adicción al endeudamiento y al gasto.
Pero la Fed lleva a cabo operaciones de flexibilización cuantitativa con dinero creado de la nada que inyecta en el sistema monetario y en la economía. La Fed está entre la espada y la pared, necesita reducir las tasas de interés para el Tesoro pero al hacerlo corre el riesgo de reavivar la inflación que no está exactamente muerta ni enterrada.
El tema reavivó el debate y un banquero ex Tesoro de EE.UU. advirtió que se podía estar frente a un mercado bajista secular en bonos. Lo que caracteriza los movimientos de las tasas de interés es su fase de duración generacional, no necesariamente ciclos, pero hay fases: las tasas de interés cayeron durante el último cuarto del siglo XIX, subieron durante los primeros 20 años del siglo XX, cayeron desde 1920, en 1946 subieron en 1946 hasta 1981, cayeron desde 1981 hasta 2021. Entonces, en cada coyuntura, hubo algún signo de exceso, algún signo de explosión del exceso especulativo. En 1981 una tasa de Fed Funds de más del 20% parecía excesiva, en 1984 un rendimiento del 14% en bonos a largo plazo cuando el IPC estaba en 4/5% parecía excesivo.
Lo que está claro es que la Fed puede manipular las tasas de interés de corto plazo mediante dictados, pero no tiene el mismo tipo de control sobre las tasas de largo plazo, y ese es un gran problema para el Gobierno que lucha contra el rápido aumento de los costos de endeudamiento. Por eso es interesante, agregó, que el oro ha seguido batiendo récords a pesar del aumento de los rendimientos de los bonos, cuando históricamente, el aumento de las tasas de interés es un obstáculo para el oro.
Por lo pronto, un gestor argentino radicado en California desde los ’90 comentaba lo último del “carry trade” global y del mercado de renta fija y variable. Señaló que hubo compras significativas de corona danesa y compras moderadas de dólar, de corona noruega, de franco suizo y de dólar canadiense, mientras que las ventas moderadas se enfocaron al euro, al dólar australiano, a la corona sueca y la libra esterlina y con menor intensidad en el yen y el dólar neozelandés.
En la región, hubo compras ligeras de peso peruano y ventas moderadas de peso colombiano y mexicano y ventas ligeras de real. En renta fija vio flujos de fondos de compras moderadas de Nueva Zelanda, Australia, Canadá y EEUU, con ligeras compras de Gran Bretaña y ventas moderadas de la Eurozona y Dinamarca con ligeras ventas de Noruega mientras que en la región se vieron compras moderadas de Perú con ligeras compras de Brasil y Argentina y ligeras ventas de México y Chile.
A nivel de renta variable, los últimos sondeos mostraban ventas moderadas a significativas en todos los sectores a nivel global, especialmente en el sector industrial, de salud y financiero; y compras ligeras en servicios de comunicaciones. Mientras que a nivel regional hubo ventas moderadas en mercados desarrollados y ventas moderadas en mercados emergentes.
En el plano local anduvieron muy activos la gente de BCP Securities que desembarcó para analizar la situación argentina y brindar una conferencia a los inversores y clientes. Según comentaron la visita permitió observar las políticas que está implementando el gobierno de Milei, que marcarían un giro decisivo en la trayectoria de la Argentina.
También estuvieron de visita la gente de Excel Capital Partner, con el Newman boy, Cristian Reynal, a la cabeza junto con ejecutivos de la gestora abrdn. Se analizó mucho la performance del fondo de deuda de mercados de frontera. Parece que fueron de visita por Allaria, Balanz e Inviu.
Mientras el Toto Caputo celebraba con sus socios de Anker el premio de LatinFinance a Ministro de Finanzas del año, una especie de galardón financiero de la “B”, los que saben del juego, explican que salir en la tapa de Institutional Investor o recibir un premio de ellos es otra cosa, es ser de la “A”. Lo que sí se ponderó fueron las compras de reservas del BCRA en octubre, que sorprendieron a todos.
Encuentran explicación a la mejora del agro respecto de la sequía de 2023 y una mayor liquidación de exportaciones ante la expectativa del fin del dólar Blend, al impacto de la recesión en la menor demanda de importaciones y a la reversión del saldo de la balanza energética. Fue un octubre atípico, reconocen en las mesas. Así y todo, aún advierten que las reservas netas del BCRA siguen siendo negativas en torno a los u$s4.600 millones. Creen que el dólar CCL debería empezar a frenar la baja, tras haber caído 4,5% mensual en setiembre y octubre. Claro que esto fue posible por las intervenciones del BCRA. Mucho ruido con las colocaciones de ON de la mano del blanqueo, donde se vieron tasas de colocaciones sorprendentemente bajas en torno del 3% a 3 años.
Por lo que contaron asistentes a las reuniones del IIF, que convocó a los pesos pesados, entre ellos a Janet Yellen (jefa del Tesoro EEUU), varios CEOs de Wall Street y Londres y banqueros centrales, hubo un tsunami de datos, información y rumores. Por ejemplo, en un panel se dijo que hay en todo el mundo 1.700 millones de adultos que están bancarizados, la mayoría de ellos en mercados emergentes y economías en desarrollo, de ahí el interés por la tokenización, que presenta una oportunidad transformadora.
Por lo visto hasta ahora, dicen que lo más jugoso fue la mesa redonda sobre asuntos regulatorios y las finanzas de transición, la de prioridades globales en la regulación del sector financiero y el debate sobre la fragmentación del mercado. El riesgo, tema candente para los socios del IIF, fue abordado por Linda French, Emmanuel Givanakis, Satoshi Ikeda, Ludivine Labarre, Piyush Agrawal, Sharon Donnery y Ryan Zanin. Hubo tiempo para debatir el financiamiento de la transición, ya que Darryl Chan, Jérôme Jean Haegeli, Alan Levy y Sandra Phlippen se sumergieron en la «crisis climática» mientras que Kenny Fihla, Jamie Franco, Starla Griffin y Elizabeth Seeger compartieron sus perspectivas sobre la creación de un mejor entorno de inversión en los mercados emergentes, y Judson Berkey, Satoshi Ikeda, Tomohiro Ishikawa y Meaghan Muldoon destacaron los desafíos de la alineación internacional en la planificación de la transición.
Las elecciones en EE.UU. fueron el eje del debate entre expertos del The Wall Street Journal y Bloomberg. También el tema presupuestario fue debatido por especialistas del Milken Institute y Hoover Institution, Stanford University, y de la Oficina de Presupuesto del Congreso. China fue otro eje de discusión entre la gente de Natixis y J.P. Morgan y del BIS y otros expertos mientras que el dólar y la deuda global y emergente ocupó el panel integrado por Claudio Irigoyen, Mário Mesquita, Saleha Mohsin, Carsten Brzeski, Arnab Das y Lori Heinel.
En un break el IIF premió a Yellen con el Premio al Liderazgo y Servicio Distinguido por las contribuciones sostenidas y distinguidas a la economía global a través del servicio público. Otro panel enriquecedor fue el de las perspectivas económicas mundiales entre Tim Adams (IIF) y Martin Wolf y Raghuram Rajan.
Hubo una mesa de banqueros centrales y del Comité de Basilea, y otra sobre las tensiones geopolíticas que aguardan a la nueva administración de EE.UU. Entre break y break se comentó sobre Japón y la baja de la inflación por debajo del 2%: fue la primera caída en cinco meses pero donde el principal factor fue la reintroducción por parte del Gobierno de los subsidios para las tarifas de electricidad y gas.
Por ende se habló del yen: la política monetaria del BOJ sigue fuertemente influenciada por las tendencias del tipo de cambio, por lo que estos movimientos de precios subyacentes y los cambios en los precios de los servicios sugieren que alcanzar la meta de inflación del 2% sigue siendo un desafío, lo que podría provocar que el BOJ actúe con cautela ante nuevas subas de tasas.
El yen se apreció brevemente a 139 por dólar en septiembre, pero desde entonces se ha debilitado nuevamente, alcanzando el rango de 150 yenes días atrás. Esto provocó declaraciones del Ministerio de Finanzas para frenar la depreciación del yen. Si el yen sigue debilitándose, el Gobierno podría intervenir en el mercado cambiario vendiendo dólares y comprando yenes cuando el tipo de cambio alcance el rango de 155-160 yenes. En ese caso, la nueva administración, que ha mostrado una postura cautelosa sobre nuevas alzas de tasas, podría cambiar su postura y coordinarse con el BOJ para evitar una mayor depreciación del yen, que podría impulsar la inflación. Esto podría generar expectativas de que el BOJ suba las tasas.
En tal escenario, el Banco de Japón podría decidir subir las tasas en su reunión de política monetaria de diciembre. Sin embargo, se trata de un escenario de riesgo. Si la depreciación del yen no se acelera rápidamente, el escenario estándar sigue siendo que el BOJ retrasará los aumentos adicionales de las tasas hasta enero del año próximo, limitado por los numerosos factores mencionados anteriormente.
Fuente: ambito.com