Con un padrón de 2,7 millones de ciudadanos, el voto obligatorio asegura una alta participación, como lo demostró la primera vuelta del 27 de octubre, cuando casi el 90% del electorado acudió a las urnas.
Este domingo, Uruguay celebra un decisivo balotaje presidencial entre Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional, en una jornada que definirá quién liderará el país durante los próximos cinco años.
Con un padrón de 2,7 millones de ciudadanos, el voto obligatorio asegura una alta participación, como lo demostró la primera vuelta del 27 de octubre, cuando casi el 90% del electorado acudió a las urnas. En esa instancia, Orsi obtuvo el 43,9% de los votos y Delgado el 26,8%, dejando fuera de la contienda a Andrés Ojeda, del Partido Colorado, y a otros candidatos de la coalición oficialista como Guido Manini Ríos, de Cabildo Abierto, y Pablo Mieres, del Partido Independiente.
Escenario polarizado
La segunda vuelta se presenta como una de las más reñidas en la historia reciente de Uruguay. Según la última encuesta de la consultora Factum, realizada entre el 15 y el 19 de noviembre, Orsi lidera con un 47,1% de intención de voto, mientras que Delgado alcanza un 46,6%, una diferencia de apenas 0,5% que se encuentra dentro del margen de error estadístico.
Además, un 6,3% del electorado indicó que votará en blanco o anulará su voto, lo que podría influir significativamente en el resultado final.
Un país expectante
El balotaje llega en un contexto de alta polarización política, con los votantes enfrentados entre la continuidad de las políticas progresistas del Frente Amplio, representado por Orsi, y la promesa de un modelo más conservador y liberal impulsado por Delgado.
Orsi, quien se presenta como el heredero de los gobiernos de izquierda que gobernaron Uruguay entre 2005 y 2020, busca regresar al Frente Amplio al poder tras un periodo liderado por la coalición multicolor. Por su parte, Delgado, actual secretario de la Presidencia, representa la apuesta del Partido Nacional por un segundo mandato consecutivo, tras la administración de Luis Lacalle Pou.
Expectativas y retos
El próximo presidente de Uruguay enfrentará desafíos como la recuperación económica, el fortalecimiento de la seguridad y la gestión de la inflación, en un país que ha sido considerado un modelo de estabilidad democrática en la región.
Los primeros resultados del balotaje se conocerán en la noche del domingo, cuando los uruguayos y el resto del continente estén atentos a este crucial desenlace político. ¿Qué rumbo tomará Uruguay? La respuesta, pronto, en las urnas.