El gobierno nacional apunta a destruir el aparato productivo

El gobierno nacional apunta a destruir el aparato productivo

Primero fueron las naranjas de Egipto. Ahora, las hortalizas de Paraguay. Para una Argentina que tiene capacidad de alimentar a 500 millones de personas sin necesidad a apelar al mercado externo.

En un país privilegiado cuyos motores son el campo y la industria, importar desde Paraguay cebollas, zanahorias y tomates parece una broma de mal gusto. De esas que surgen en una mesa de bar cuando alguno de los comensales ha bebido demasiadas dosis no recomendables de alcohol.

Pero no, en este país en lo que precisamente sobran son campos y productores; y en el que muchas veces los tomates, cebollas y zanahorias se pudren en contenedores porque la oferta excede la demanda, el gobierno de Javier Milei tuvo la «ilustrísima» idea de importar hortalizas de Paraguay. Así lo reflejaban los medios:

Y en las redes, tan importante acto de destrucción masiva de la producción primaria de Argentina tampoco pasó desapercibido:

Dice Ámbito que tres gigantes del agro cayeron en default. Habría que hacer estadística de cuánta tierra arrasada va dejando el decisorio de Milei y compañía, quienes llegaron bajo la promesa de hacer de este un mejor lugar para vivir. Nunca en la historia desde la mitad del siglo pasado, ni siquiera durante el gobierno de Carlos Menem, se asistió al desmantelamiento del Estado y a la destrucción masiva del campo, la industria, las pymes y el empleo como en tan solo un año de Javier Milei.

¿Lo que está sucediendo con el campo no es peor que la 125? «Vos sembrá y cosechá lo que quieras, paga impuestos que igual yo los hago traer de dónde quiero», parece ser el lema. Ironías de la historia: en 2022 Paraguay importó hortalizas a Argentina por un monto de 5,85 millones de dólares.

Manda el mercado fue la regla de oro que esgrimió el presidente de la Nación. Y si tanto manda el mercado, ¿por qué destruyó las reservas del Central para contener al dólar paralelo y que no se le escapara la brecha?.

Hace pocos días, Guillermo Michel, exdirector de Aduanas ejemplificó con una naranja importada de Egipto la desprotección del productor argentino.

Michel ejemplificó con un caso práctico en donde no se protege al productor argentino: “Importamos naranjas egipcias y no se protege a la industria local. “Cuando te sale más barato comprar naranjas egipcias otomarte un café en Miami que en Argentina, algún problema tenés con el tipo de cambio”.

En ese sentido, señaló: “A todos los exportadores de carne les subieron un 25% el dólar desde enero hasta ahora, la energía un 300%, la mano de obra un 170% y la logística un 80%. ¿Cómo exportan de manera competitiva con tal presión impositiva?”.

“Hay que dar condiciones para proteger la industria, darle valor agregado. Queremos un Estado eficiente para que el trabajador argentino pueda competir”.

Por otro lado, Michel cuestionó al actual presidente por lo prometido en campaña y no cumplido en la gestión. “Javier Milei, a diferencia de lo prometido en campaña, subió el impuesto PAIS, a las ganancias, a los combustibles, el monotributo y eliminó la devolución del IVA”.

Remarcó que son cinco los impuestos que forman el 90% de la recaudación: “IVA un 30%, seguridad social un 27%, ganancias un 18%, derechos de exportación e importación un 8% e impuestos a los réditos bancarios un 7%”, recalcando que esos son los que realmente se deben bajar porque son los que afectan a la gente.

En fin, Milei ha logrado lo que nadie: Ya no se comen frutillas de Lules en China; ahora chupamos naranjas de Egipto cuando en este país sobran las frutas y hortalizas.

Llegó para destruir. Lo dijo él mismo: el pasado 6 de junio en una entrevista manifestó ser «el topo que destruye el estado desde adentro».

Y a confesión de parte, relevo de pruebas.

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