Dos cómplices de la sospechosa lograron darse a la fuga y tratan de ubicarlos.
Alrededor de la hora 0.30 de ayer, una jubilada de 74 años se encontraba en cama en su domicilio de la calle Antenor Álvarez al 2.100 del barrio Huaico Hondo de la zona norte capitalina. También estaba su hijo, de 44 años, quien es empleado de seguridad privada, pero antenoche no había trabajado.
En esa circunstancia, escucharon fuertes golpes que provenían de la parte trasera de la vivienda. Los dueños de casa se levantaron y comprobaron que desconocidos les propinaban patadas y empujones a la puerta para violentar la cerradura e ingresar con fines delictivos. Se sospecha que los delincuentes desconocían que estaba el hijo de la jubilada en la casa.
El hombre llamó a la Policía y antes de que derribaran la puerta, salió al patio, oportunidad en la que advirtió que se trataba de tres malvivientes, entre ellos una mujer. Al observar la presencia del hijo de la dueña, los intrusos emprendieron la fuga. Los varones saltaron la tapia perimetral con mucha agilidad y desaparecieron en la oscuridad. La mujer los siguió, pero con mucha dificultad. Hasta que logró alcanzar la calle, llegó personal policial de la Comisaría Comunitaria Nº 9 que atrapó a la sospechosa. Se trataba de una joven de apellido Morales (30 años), domiciliada en el cuarto pasaje del mismo complejo habitacional, quien fue trasladada a la comisaría y quedó aprehendida por orden de la fiscal Jacqueline Macció.