La politóloga Paula Granieri, radicada en Roma, analizó para LPO el giro autoritario de Milei y el espejo con Meloni y Orbán.
El giro autoritario de Javier Milei que se evidencia en su decisión de gobernar sin Presupuesto, en nombrar jueces de la Corte Suprema por decreto, en la pelea virulenta con la prensa, en la amenaza de intervenir la provincia de Buenos Sires, tuvo un nuevo pico este sábado cuando en la apertura de las sesiones ordinarias del Congresos, sus seguidores liderados por Santiago Caputo, insultaron y agredieron a diputados opositores y periodistas.
Este deslizamiento coincide con alineamiento absoluto de Milei con Trump parece estar operando un corrimiento ideológico en Milei, que pasa de un liberalismo clásico que defendía los valores occidentales a la alt right trumpista, que por momentos deriva hacia un fascismo desembozado. De hecho, como reveló LPO, Santiago Caputo encargó una inquietante encuesta para ver si los argentinos estaban dispuestos a abandonar la democracia por un régimen autoritario, si este les garantizaba estabilidad económica.
LPO conversó con la politóloga Paula Granieri para analizar esta situación. «El cambio de postura con respecto a Ucrania, responde simple y básicamente a un alineamiento férreo con la postura y las decisiones de Trump y el contexto de nuevas derechas que le tocó a Milei para gobernar», apunta Granieri.
«En este contexto la única paz posible es la que plantea Trump a través de las condiciones que estableció con Putin. Obviamente que no es la paz justa, como dicen muchos líderes europeos, porque acá lo que entra en juego es la soberanía ucraniana y el territorio. Pero igual sabemos, a un año y monedas de gestión de Milei, la política exterior de la Argentina ya tuvo varios episodios de cierta volatilidad, incluso en menos de un año tuvimos dos cancilleres», agrega esta politóloga.
«Hay cierta volatilidad también con las relaciones con China no solo con Ucrania esto es verdad que fue muchísimo más alevoso por ese vínculo, incluso personal, que tenían Milei con Zelensky que se veían en ciertos encuentros y en posteos de redes sociales donde se tiraban flores uno al otro», señala.
Más allá del refuerzo que tengan por la victoria de Trump, un supuesto giro autoritario de Milei en verdad va a depender de la propia institucionalidad argentina y los mecanismos de control que existan sea a través del Parlamento.
La académica radicada en Roma explica que «Trump reforzó muchísimo a todas las derechas globales en lo discursivo, pero ahora yo igual te voy a traer una pregunta distinta: Si hubiese ganado Biden, un Milei, un Orbán o una Meloni, ¿hubiesen tenido un discurso distinto? Yo la verdad pienso que no. A lo que voy es que si Milei o todos estos liderazgos de la derecha global no pudieran alinearse con Trump, las nuevas derechas seguirían teniendo de muchísimo apoyo popular. Si ahora estuviese Biden, AfD -partido de extrema derecha- igual hubiese sacado el 20.8% en las elecciones en Alemania».
«Ahora habrá que ver hasta donde llega el giro autoritario de Milei, porque hay resortes institucionales que pueden frenar una posible avanzada del gobierno sobre los medios de comunicación. El giro autoritario del mileísmo va a depender de la capacidad de acción de la oposición política», apunta.
«Es necesario definir bien el concepto de autoritarismo, pero podemos sintetizarlo como mecanismos que utiliza un gobierno para ir por encima de las instituciones y establecer mecanismos de control. Puede ser que sí o puede ser que no. ¿A qué voy con esto? Más allá del refuerzo que tengan por la victoria de Trump, un supuesto giro autoritario de Milei en verdad va a depender de la propia institucionalidad argentina y los mecanismos de control que existan sea a través del Parlamento», agrega la especialista.

«Milei prefiere omitir los circuitos institucionales y gobernar y legislar a través de decretos, pero la oposición tiene todavía resortes para establecer un control y un parate a las medidas que quiere imponer el gobierno. Con el escándalo de Libra, que acá en Europa y en Italia llegó, ahí la oposición argentina tuvo la oportunidad de avanzar, aunque sea una comisión de investigación, y determinados sectores se fueron para atrás».
En efecto en poco más de un año en el poder, Milei pasó de abrazar las ideas de la libertad a reproducir un discurso ultraconservador, conspirativo y que incluye una pelea con los medios de comunicación a los que pretende imponerse toda la fuerza de la regulación del estado, por ejemplo para frenar la compra de Telefónica por parte del Grupo Clarín.
En ese punto, Paula Granieri afirma que «mas allá que las nuevas derechas hacen un muy buen uso de las redes sociales, llegado el caso la misma población, incluso quienes lo votaron, que tampoco son zonzos, se van a dar cuenta cuando un gobierno peca de autoritario».
Con el escándalo de Libra, que acá en Europa y en Italia llegó, ahí la oposición argentina tuvo la oportunidad de avanzar, aunque sea una comisión de investigación, y determinados sectores de la oposición se fueron para atrás.
«Se puede pensar, visto desde la óptica del poder, que pretenden tener cierta injerencia sobre los medios de comunicación aunque sean tradicionales de la Argentina para generar cierto tipo de consenso. Lo puede hacer Milei como lo hizo el kirchnerismo y lo hicieron todos los gobiernos en Argentina y en todas partes del mundo», apunta.
«Hay una idea que tanto Milei como Trump, son outsiders de la política que están en contra del partido estatal, de las élites que drenan recursos a su favor o a favor del Estado en detrimento de los individuos. Un discurso anti-woke. Trump y Milei se pueden englobar en la alt-right, derechas alternativas que se corren de la historia de los partidos mainstream, que se corren de esa derecha más centro-derecha o conservadora», detalla.
«La postura incluso internacional del gobierno de Milei y por lo tanto de la Argentina simplemente se va a alinear a las decisiones internacionales que tome Trump, que era algo que ya había anunciado en su campaña, todo esto que se alinea también a una receta clásica del American First», añade.

La académica insiste que la política exterior de Milei «es simplemente ponerse bajo el ala de Trump, que tampoco fue que la Argentina votó en contra, simplemente tuvo una abstención (de condenar la invasión rusa) porque pienso que se acomoda de acuerdo a las decisiones de Trump que también puede ser algo negativo porque sabemos que Trump puede ser un poco impredecible y pienso que Milei simplemente lo sigue».
Graneri también analiza el impacto de la guerra en Ucrania en liderazgos europeos de esa nueva derecha como la italiana Giorgia Meloni o el húngaro Víktor Orbán. «La guerra en Ucrania es ya hace tiempo como un parteaguas, sobre todo en las derechas de la Unión Europea. Si pensamos en los dos bloques más grandes a nivel del Parlamento Europeo, están los conservadores y reformistas, cuya cara más visibles es Meloni, y por el otro lado están los Patriotas por Europa, cuya cara más visible es Orbán».
En ese sentido, apunta que «Meloni se empezó a perfilar como un puente entre una Unión Europea que está a los tiros con un Trump».
La idea de Milei de ponerse bajo el ala de Trump puede ser algo negativo porque sabemos que Trump puede ser un poco impredecible y pienso que Milei simplemente lo sigue.
«Meloni tuvo un discurso muy fuerte de defensa de Ucrania y es amiga de Trump. Está medio una encrucijada. En el encuentro que organizó Macron en París, simplemente hay que ver las fotos, la cara de ella mirando para abajo. Ella es muy hábil, muy pragmática, con un discurso con un gran componente cultural, con la idea que los verdaderos valores europeos son al fin y al cabo los mismos valores de Estados Unidos, priorizando la relación personal con Trump, también fue pragmática en defender la posición de estos tres años de la Unión Europea y al mismo tiempo seguir defendiendo a Ucrania y su soberanía territorial», agrega.
«Completamente lo opuesto al caso de Orbán, el primer ministro húngaro hace ya mucho tiempo, incluso en sus discursos, lo que viene diciendo es que tenemos que recuperar nuestras viejas relaciones con Rusia», completa.

Fuente: lapoliticaonline.com