El 20 de diciembre de 1945 marcó un antes y un después para la clase obrera argentina. Bajo el impulso de Juan Domingo Perón, se institucionalizaba el Sueldo Anual Complementario y otros derechos fundamentales.
La historia de los derechos laborales en Argentina tiene una fecha grabada a fuego: el 20 de diciembre de 1945. Ese día, mediante el decreto N° 33.302/45, se dio forma a una serie de conquistas sociales que transformarían para siempre la calidad de vida de las familias trabajadoras.
Una reparación histórica
El decreto, impulsado por Juan Domingo Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, no se limitó únicamente a la creación del aguinaldo (el Sueldo Anual Complementario). La normativa fue un paquete integral de justicia social que incluyó:
- El Aguinaldo: Un decimotercer salario que permitía a los trabajadores contar con un alivio económico extra a fin de año.
- Vacaciones Pagas: El reconocimiento del descanso como un derecho fundamental y no como una concesión patronal.
- Indemnización por despido: La protección contra el despido injustificado, brindando estabilidad y seguridad jurídica al empleado.
Resistencia y conquista
La implementación de estas medidas no estuvo exenta de conflictos. En aquel entonces, las cámaras empresariales se opusieron fervientemente, llegando a declarar cierres patronales. Sin embargo, la movilización popular y la firme convicción política permitieron que estas disposiciones se mantuvieran y, años más tarde, se incorporaran definitivamente a la legislación nacional.
Un legado de dignidad
A ocho décadas de aquel acontecimiento, el aguinaldo es percibido como un derecho naturalizado, pero su origen fue fruto de una lucha por la dignidad del trabajador. Al igual que la obra del Dr. Ramón Carrillo en salud, el decreto de 1945 buscó elevar el estándar de vida de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Hoy recordamos este 20 de diciembre como el día en que el trabajo dejó de ser una mera mercancía para convertirse en un factor de ascenso social y bienestar familiar.