Alejandra Monteoliva ratifica la cúpula de la PFA y consolida la línea de gestión en Seguridad

Alejandra Monteoliva ratifica la cúpula de la PFA y consolida la línea de gestión en Seguridad

En uno de sus primeros actos administrativos de alto impacto, la ministra de Seguridad de la Nación, Alejandra Monteoliva, definió la estructura de mando que conducirá a la Policía Federal Argentina (PFA). La medida, oficializada mediante la Orden del Día Interna N° 235, combina la continuidad del liderazgo central con renovaciones estratégicas en áreas clave de la institución.

Continuidad en el mando superior

La funcionaria ratificó en sus cargos al comisario general Luis Rollé como jefe de la fuerza y al comisario general Mariano Giuffra como subjefe. Esta decisión se interpreta como una señal de estabilidad y un respaldo directo a la gestión que se venía desarrollando, asegurando que la transición ministerial no afecte la operatividad de la fuerza de seguridad más importante del país.

Renovación en áreas estratégicas

A pesar de mantener la cabeza de la institución, Monteoliva introdujo cambios en dos superintendencias fundamentales para el funcionamiento administrativo y de emergencia:

  • Superintendencia de Administración: El comisario mayor Juan José Mingorance fue designado para liderar los recursos financieros y logísticos de la fuerza.
  • Superintendencia Federal de Bomberos: El comisario mayor Gustavo Alberto Núñez asumió la conducción de esta área crítica, que incluye la protección de riesgos y respuesta ante siniestros.

Además, la nueva cúpula mantiene la representación femenina dentro de la plana mayor, un gesto que busca dar continuidad a la integración de mujeres en los niveles de toma de decisión de la seguridad nacional.

El eje político: «Doctrina Bullrich»

La designación no es solo técnica, sino que conlleva una fuerte carga política. Desde la cartera de Seguridad se enfatizó que estos movimientos responden a la premisa de que la “Doctrina Bullrich” permanece como el norte ideológico de la gestión.

Bajo este esquema, Monteoliva busca profundizar las políticas de «orden y firmeza» que caracterizaron la etapa previa, utilizando los cambios estratégicos para aceitar la maquinaria institucional frente a los desafíos del crimen organizado y la seguridad federal. Con esta cúpula ya consolidada, la ministra inicia formalmente su despliegue operativo al frente de las fuerzas federales.

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