La categorización vigente, de 2019, incluye 417 especies, de las cuales 98 están en las categorías “Vulnerable”, “En peligro” o “En peligro crítico”.
El estado de conservación de los mamíferos en Argentina será revisado este año con la actualización de la Lista Roja Nacional, herramienta clave para proteger la biodiversidad del país. La categorización vigente, de 2019, incluye 417 especies, de las cuales 98 están en las categorías “Vulnerable”, “En peligro” o “En peligro crítico”.
Principales amenazas: pérdida de hábitat y actividades productivas
El avance de la frontera agropecuaria y la deforestación son las causas principales de la pérdida de hábitat, afectando al 80% de las especies. Según Javier Pereira, coordinador de la categorización e investigador del CONICET, estos cambios reducen recursos esenciales como alimento y refugio, dejando a muchos animales sin las condiciones necesarias para sobrevivir.
Los grupos más afectados son los roedores y marsupiales, cuya gran diversidad los hace especialmente vulnerables. La situación es preocupante, ya que un estudio de 2022 reveló que el 93% de los mamíferos en el país enfrenta algún tipo de amenaza.
Especies más amenazadas
El aguará guazú, emblema del Chaco, encabeza la lista de especies en mayor peligro debido a la deforestación y los atropellamientos en rutas. Datos de Greenpeace indican que, hasta octubre de 2024, se deforestaron 103.816 hectáreas en el norte del país, afectando su hábitat natural.
Entre las especies en peligro crítico destacan el yaguareté, el mono carayá rojo y cinco especies de roedores especializados en ambientes desérticos. En tanto, animales como el tatú carreta, el pecarí quimilero y varias especies de ciervos están catalogados como en peligro, mientras que el tapir, el ocelote y el oso hormiguero figuran como vulnerables.
En total, la categorización identifica siete especies en peligro crítico, 26 en peligro y 65 vulnerables.
El impacto del cambio climático
Aunque es difícil establecer una relación directa, el cambio climático exacerba las amenazas existentes. Eventos extremos como sequías, incendios e inundaciones prolongadas representan una amenaza creciente, afectando especialmente a especies de altura y cercanas a la Antártida.
“El cambio climático genera condiciones adversas que complican aún más la supervivencia de las especies. Por ejemplo, en Patagonia, los ganaderos perciben al guanaco como un competidor por los pastos y aumentan la caza, lo que agrava su situación”, explicó Pereira.
Un esfuerzo urgente y necesario
La actualización de la Lista Roja está programada para mediados de 2025 y será crucial para ajustar estrategias de conservación. Este proceso busca no solo identificar a las especies en riesgo, sino también generar conciencia sobre las amenazas que enfrentan y promover políticas efectivas para su preservación.
Con esta iniciativa, Argentina refuerza su compromiso con la protección de su rica biodiversidad, pero el éxito dependerá de la colaboración entre el Estado, los científicos y la sociedad en su conjunto.