El Centro Integral de Salud reabrió su oratorio en una masiva manifestación de fe, que incluyó homenajes y reconocimientos. La ocasión cobró aún más significado al coincidir con el 14º aniversario de la Escuela Hospitalaria, cuyos miembros también se sumaron a la celebración.
En un ambiente de devoción y gratitud, el obispo auxiliar Enrique Martínez Ossola presidió una solemne misa en honor a San Ramón Nonato en el Centro Integral de Salud (CIS) La Banda. La ceremonia religiosa también marcó la reapertura del oratorio del centro asistencial, un espacio de reflexión y adoración que brinda esperanza a los pacientes y el personal de salud.
La jornada comenzó con una procesión que recorrió las instalaciones del CIS La Banda, llevando la imagen de San Ramón Nonato, el patrono de los obstetras y las embarazadas. A esta procesión se unieron las autoridades del centro de salud, encabezadas por la doctora Liliana Garnica y el doctor Edgardo Zanoni. La ocasión cobró aún más significado al coincidir con el 14º aniversario de la Escuela Hospitalaria, cuyos miembros también se sumaron a la celebración.
Durante la misa, el obispo Martínez Ossola compartió una emotiva homilía, en la que destacó la importancia de estar atentos y abiertos a la presencia de Dios en los demás.
“Jesús se esconde en nuestros hermanos necesitados. Debemos recordar que el servicio a los demás es un servicio al Señor mismo”, enfatizó el obispo en su mensaje, haciendo hincapié en la importancia de la compasión y la solidaridad.
Bendición a los presentes
La culminación de la misa fue el simbólico corte de cintas realizado por las autoridades del CIS La Banda y el obispo Martínez Ossola, marcando la reapertura del oratorio. Este espacio, según palabras del obispo, es un lugar de adoración y reflexión, donde se alberga la esperanza de aquellos que buscan respuestas y consuelo en la fe.
Dentro del oratorio, el obispo impartió una bendición especial al personal de salud, con un enfoque especial en los obstetras, que además estaban celebrando su día en esta ocasión. La bendición fue un emotivo cierre de la ceremonia, dejando a los presentes con un sentido de renovación espiritual y un llamado a servir con amor y compasión en sus labores diarias.