Paulo Gonet deberá analizar las 800 páginas de evidencias que contiene el informe y determinar si ameritan presentar cargos contra el ex Presidente, por los sucesos ocurridos en 2022.
El caso contra Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado avanza luego de que, la última semana, la Policía finalizara su investigación y entregara a la Justicia un informe de 800 páginas para su evaluación y consideración, sobre si presentar o no cargos contra el ex presidente.
Este martes, la carpeta ingresó en el despacho del fiscal general, Paulo Gonet, quien deberá analizar todas las evidencias recopiladas sobre lo ocurrido a finales de 2022, tras las elecciones presidenciales, y decidir si el ultraderechista y otros 36 co-conspiradores deberán ser formalmente acusados.
Asimismo, el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes -rival de Bolsonaro- informó que el caso ya no goza de confidencialidad, por lo que lo presentado ya comenzó a hacerse público.
Por ejemplo, la Policía sostiene que Bolsonaro “planeó, actuó, tuvo dominio de forma directa y efectiva” y “plena conciencia y participación activa” en la organización criminal que tenía por fin dar un golpe de Estado, al igual que tuvo “pleno conocimiento de la planificación operativa (Puñal Verde y Amarillo)” para matar a Lula, a su candidato a vicepresidente Geraldo Alckmin y a de Moraes.
“El entonces presidente de la República, Jair Bolsonaro, participó activamente en la creación del plan golpista, involucrándose directamente en la redacción de documentos y estrategias para mantenerse en el poder, incluso después de la derrota electoral. Fue una de las figuras centrales en las reuniones para definir los pasos y acciones a seguir”, se lee en un fragmento.
No obstante, resalta que estas ideas se “abortaron” por “circunstancias ajenas a su voluntad”.
La Policía de Brasil presentó el pasado 21 de noviembre su investigación sobre la trama que condujo a lo que considera un intento de “golpe de Estado” de Bolsonaro, que buscaba derrocar y asesinar al actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, a fin de evitar que asuma en el máximo cargo ejecutivo.
Durante más de dos años, los investigadores conversaron con personas del círculo del político y evaluaron conversaciones y documentos que, según sostienen, evidencian que tras la derrota de Bolsonaro aquel año, mantuvo encuentros en el Palacio de la Alvorada para planear estas acciones. De hecho, en las últimas horas se conoció que se escucharon 53 grabaciones que comprobarían la presión por parte de altos oficiales del Ejército al entonces mandatario, para que permaneciera en el poder.
Las acusaciones de intento de abolición del Estado democrático de derecho, intento de golpe de Estado y organización criminal alcanzan a algunas figuras destacadas de su entorno, como el ex ministro de Defensa y Casa Civil, Walter Braga Netto; Augusto Heleno, del Gabinete de Seguridad Nacional; el ex director general de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), Alexandre Ramagem; y Paulo Sérgio Nogueira, de la cartera de Defensa, entre otros 32 nombres.
También están incluidos en el listado tres soldados de élite y un oficial de la Policía arrestados la última semana, por estar detrás de un plan paralelo para asesinar a Lula y a de Moraes.
Si bien las ideas de Bolsonaro no llegaron a concretarse por falta de apoyo de las Fuerzas Armadas, los seguidores ultraderechistas sí llevaron a cabo una insurrección en el palacio presidencial, el edificio del Congreso y el Tribunal Supremo en Brasilia, el 8 de enero de 2023.
Bolsonaro asegura ser inocente de los delitos de los que se lo acusa y, en su lugar, sostiene que se trata de una “persecución” política.
“El término ‘golpe de Estado’ nunca ha formado parte de mi léxico”, dijo en una conferencia de prensa, mientras que en sus redes sociales fue más tajante y cargó contra el Magistrado brasileño y el sistema judicial.
“De Moraes lleva toda la investigación, ajusta las declaraciones, detiene sin quejas, realiza una pesca de pruebas y tiene consejos muy creativos… hace todo lo que la ley no dice. Hay que ver qué hay en esta acusación de la PF. Voy a esperar al abogado (…) En la PGR es donde comienza la pelea. No puedo esperar nada de un equipo que utiliza la creatividad para denunciarme”, escribió.