«El uso de la política fiscal para desinflar y compensar el atraso cambiario debilita el ancla del modelo», advierte el economista.
Miguel Angel Broda es una de las voces más respetadas por el mercado y sus pronósticos no suelen tomarse a la ligera. En semana, el master en economía de Harvard, publicó un robusto análisis global, plagados de números y gráficos, a partir de 4 tópicos: Trump y el mundo, los logros del gobierno de Javier Milei en 2024, los últimos 60 días y los retos post 2025.
Sobre Trump, Broda afirma que «podría representar un golpe significativo para las instituciones democráticas tanto en EEUU como a nivel global» y advierte que a partir de la combinación de la «crisis de la democracia interna» y «alianzas internacionales debilitadas», deja a países como «China y Rusia» en una posición más fuerte «para llenar el vacío de liderazgo global». A partir de esta lectura política, explica como la política proteccionista de Trump impacta en los principales socios comerciales de la Argentina.
Luego, cuando se mete a analizar el primer año de gobierno libertario, Broda afirma que «superaron las expectativas de los analistas y probablemente también del propio gobierno».
Rápido descenso de la inflación, tanto por la política fiscal como por la política cambiaria; importantes avances en materia de sinceramiento de precios relativos; saneamiento de las cuentas públicas; cumplimiento de las obligaciones financieras; estabilidad cambiaria y dinamización del sector financiero, junto con una imagen positiva de Milei que alcanza el 50%. «Solo uno de cada 10 votantes de Milei se arrepintió de votarlo», destaca Broda.
Sin embargo, ese panorama comienza a ensombrecerse en los últimos dos meses, en lo que se insinúa es una pérdida de ímpetu de la administración libertaria. «Se encienden algunas alertas en el frente monetario, externo y fiscal: se emitió de más recientemente, el BCRA compra dólares pero no acumula reservas, sigue el goteo de los depósitos privados en dólares, el tipo de cambio continúa atrasándose y el uso de la política fiscal para desinflar y compensar el atraso cambiario debilita el ancla del modelo», alerta Broda.
Luego, en el estudio, se plantean los interrogantes que se imponen en este 2025: «¿Cuál será la política monetaria y cambiaria luego de las elecciones?», se pregunta Broda y advierte que «la combinación de una política de carry trade con apreciación del tipo de cambio y baja acumulación de reservas no es deseable. Como estas combinaciones no terminaron bien en el pasado, existen dudas sobre cómo se saldrá de este «embrollo» post elecciones. La dolarización endógena no luce hoy como la mejor alternativa».
Se encienden algunas alertas en el frente monetario, externo y fiscal: se emitió más recientemente, el BCRA compra dólares pero no acumula reservas, sigue el goteo de los depósitos privados en dólares, el tipo de cambio continúa atrasándose y el uso de la política fiscal para desinflar y compensar el atraso cambiario debilita el ancla del modelo.
En esa línea, Broda muestra cierto pesimismo para el año que arranca: «El sector externo sigue siendo el principal desafío económico. En un contexto internacional desfavorable, con precios de exportación más bajos, monedas de países emergentes debilitadas y tasas de interés que descenderán muy lentamente, el panorama se complica para un Banco Central que mantiene reservas netas negativas y una cuenta corriente deficitaria».
Broda coincide además con quienes moderan las expectativas sobre Vaca Muerta: «La recuperación económica exigirá más divisas de las que el superávit energético puede aportar en el corto plazo». En efecto la apuesta del gobierno a Vaca Muerta como la solución a la falta de dólares, fue definida por algunos especialistas como «borrachera energética».
En este sentido pone el ojo en «el persistente goteo de los depósitos privados en dólares, que podría quitarle dinamismo a la compra de dólares del BCRA. Esta restricción de dólares tendrá lugar en un escenario de tipo de cambio apreciado y elecciones legislativas que incrementarán la presión sobre el sistema cambiario debido a la incertidumbre política y la expectativa de una nueva la política cambiaria luego de las elecciones».
«Por eso, en este arranque de 2025, el Gobierno busca avanzar en un acuerdo con el FMI y apunta también a reducir algunas de las restricciones del mercado cambiario. Estas acciones serán clave para recuperar el acceso al crédito externo y evitar turbulencias en el mercado de divisas. En este marco, el programa económico dependerá cada vez más de la entrada de dólares por la cuenta financiera», concluye Broda.
Fuente: lapoliticaonline.com