La «paridad de exportación», que originalmente se esperaba alcanzar en marzo, ahora se logrará a un ritmo más gradual.
En un intento por mitigar el impacto económico en los consumidores argentinos, el Gobierno ha solicitado a las petroleras que moderen el ritmo de aumento en los precios de los combustibles. La decisión responde a la necesidad de ajustar la realidad económica de los ciudadanos, afectada por la inflación y la caída de los ingresos reales.
Desde el cambio de Gobierno, se ha registrado una serie de incrementos en los precios de la nafta y el gasoil en todo el país. YPF, en particular, realizó ajustes significativos en el costo de la nafta Premium en la Ciudad de Buenos Aires, con un aumento del 163% en poco más de dos meses.
En respuesta a la aceleración de la inflación y las consecuencias en los ingresos de los ciudadanos, el Ministerio de Economía ha solicitado a las petroleras que adapten su cronograma de subas. La «paridad de exportación», que originalmente se esperaba alcanzar en marzo, ahora se logrará a un ritmo más gradual.
Según informes, YPF comunicó a las petroleras no integradas que el proceso de paridad de exportación será más lento de lo inicialmente planificado. Esta decisión busca aliviar la carga económica sobre los consumidores y respaldar la gestión económica del Gobierno.
El último aumento registrado el 1° de febrero, que incluyó una actualización por impuestos, ya refleja la disminución en la velocidad de avance de los precios. Aunque el camino hacia la paridad de exportación continúa, las petroleras han reconocido que los aumentos en surtidores también dependerán de la realidad económica de los argentinos.
Es importante señalar que, a pesar de esta moderación en el cronograma de subas, los automovilistas seguirán enfrentando incrementos en el precio de los combustibles en las próximas semanas. Además, el equilibrio entre el ritmo de deslizamiento del dólar oficial y las estructuras de costos, especialmente ante posibles aumentos derivados de paritarias, representa un desafío para las petroleras en los meses venideros. La situación sigue siendo delicada, y se espera que el Gobierno y las empresas encuentren un equilibrio que beneficie tanto a los consumidores como al sector.