La política económica del gobierno de Javier Milei atraviesa una semana de intensas contradicciones. Apenas días después de anunciar un giro hacia la acumulación de reservas —exigido por el Fondo Monetario Internacional—, el Ministerio de Economía debió intervenir agresivamente en el mercado para contener la cotización del dólar, quemando divisas que son vitales para los compromisos financieros de 2026.
El mercado desmiente el discurso oficial
Aunque el lunes se comunicó una estrategia de compra de reservas, la dinámica del mercado mostró una realidad opuesta. Las señales de debilidad se hicieron evidentes en el volumen de operaciones y las ventas directas:
- Intervención del Tesoro: Solo el jueves, el Tesoro vendió USD 150 millones para poner un techo a la cotización.
- Viernes crítico: El volumen operado superó los USD 610 millones, triplicando el promedio registrado tras las elecciones.
- Saldo neto: Mientras el lunes se compraron USD 320 millones, las ventas del resto de la semana habrían neutralizado gran parte de ese avance, dejando al descubierto el temor oficial a que una suba del dólar reactive la inflación.
La advertencia de Ricardo Arriazu
El economista Ricardo Arriazu, referente intelectual para Milei, ha planteado serias dudas sobre el sistema de bandas impuesto por el FMI. Sus críticas apuntan al corazón del plan actual:
- Efecto Traslación: Arriazu sostiene que en una economía bimonetaria como la argentina, cualquier deslizamiento del dólar se traslada de inmediato a los precios internos.
- Cuestionamiento al Flote: El economista advierte que el sistema de «crawling peg» (devaluación controlada) permitió bajar la inflación y comprar USD 25.000 millones, mientras que la flotación actual ha generado incertidumbre y estancamiento de la actividad.
- Riesgo Inflacionario: Con una inflación mayorista que marcó 1,6% en noviembre, dejar correr el tipo de cambio no es una opción política viable para la Casa Rosada.
El «Enero Negro»: El desafío de los USD 4.500 millones
La mayor preocupación del mercado se centra en el primer mes del año próximo. Argentina enfrenta vencimientos de deuda por USD 4.500 millones y las cuentas no parecen cerrar para todos los analistas:
- El faltante de divisas: Consultoras privadas como la de Fernando Marull estiman que, incluso computando desembolsos de organismos y compras recientes, faltarían unos USD 2.300 millones para cubrir los pagos de enero.
- La estrategia de Caputo: El Ministro apuesta a las concesiones hidroeléctricas (USD 635 millones), swaps con China y Estados Unidos, y un préstamo «repo» con bancos extranjeros que, según los operadores, aún no se ha materializado.
El silencio de Javier Milei ante este cambio de rumbo sugiere una fuerte incomodidad con las condiciones impuestas por el FMI. La prioridad del Gobierno sigue siendo el control de la inflación, incluso si eso implica postergar la consolidación de las reservas internacionales.
