La medida pretende facilitar la utilización de las prescripciones médicas, además de evitar pérdidas. Crea un sistema de validación y almacenamiento propio.
El gobierno de Javier Milei oficializó la implementación de la receta electrónica, la cual comenzará a regir desde el 1 de enero de 2025. La medida fue publicada mediante una resolución en el Boletín Oficial.
Según señala el escrito, estos repositorios tendrán que estar disponibles para todas las plataformas de prescripción y farmacias, pero las mismas podrán acceder únicamente a las recetas solicitadas por el paciente.
Además, el mecanismo diseñado permite organizar y almacenar estos documentos médicos, por lo que quedarán guardados para facilitar el conocimiento de la historia clínica y evitar las posibles pérdidas del papelerío.
El reemplazo de las tradicionales recetas manuales y de papel permitirá que la prescripción sea más segura y transparente, además de colaborar con su eficiencia.
Pero para esto, el Ministerio de Salud estableció una normativa que regula la interacción entre las plataformas y las farmacias en todo el país, creando un ecosistema de salud digital conectado y accesible.
Cómo funcionará la receta electrónica
La cartera de Salud dispuso que la totalidad de los sistemas informáticos que se encargan de validar las recetas, estén disponibles para las plataformas de prescripción y las farmacias que el paciente precise.
El funcionamiento no solo implica la digitalización de las recetas, sino también la creación de un mecanismo para la validación y el almacenamiento de las mismas, asegurando su disponibilidad en las farmacias.
El sistema cuenta con el acceso a repositorios electrónicos, las plataformas que validan y las que almacenan de forma segura. También garantizan la privacidad y confidencialidad de la información de cada paciente.
Gracias a la implementación de este sistema, las recetas estarán siempre accesibles para su utilización, sin importar la ubicación del paciente o de la farmacia.
El objetivo de la medida es agilizar el proceso y reducir los riesgos de error asociados a las recetas en papel, como las dificultades de lectura de la letra manuscrita o la fácil alteración de éstas.
Las plataformas, por su parte, deberán integrarse a este sistema de repositorios mediante interfaces de programación de aplicaciones (API), lo cual será obligatorio y deberá pasar por un proceso de autenticación.
De esta forma, se garantizará la interoperabilidad de los datos entre estas plataformas de prescripción y las farmacias, lo que asegura que el paciente reciba la medicación adecuada bajo las mejores prácticas y con total seguridad.